ECONOMíA

Pescanova esperará a que se despeje el futuro de las filiales para pedir volver a cotizar

El consejero Diego Fontán ha señalado que la deuda que pesa sobre las filiales en concurso asciende a 800 millones de euros

El consejo de administración de Pescanova aguardará a que se despejen "las incertidumbres" sobre las filiales en concurso de acreedores, lo que calcula que pueda pasar a mediados de 2015, para pedir que se levante la cotización en Bolsa de sus acciones.

El consejero Diego Fontán, que ha presidido la junta extraordinaria de accionistas celebrada hoy por mandato judicial, ha señalado que la persistencia de "serias incertidumbres" que pesan sobre las filiales en concurso, cuya deuda asciende a 800 millones de euros, desaconsejan pedir dicho levantamiento.

Ha abundado en que no existe "la certeza" de que pueda surgir "algún contratiempo" que pueda hacer inviable el cumplimiento del convenio de acreedores, de ahí que el consejo esperará a que se despejen las "incertidumbres".

El consejo ha despachado los principales puntos del orden del día de la junta, la presentación del informe forense de KPMG que detectó irregularidades contables en la pesquera, así como el plan de viabilidad de PWC, remitiendo a lo ya comunicado en su día a la CNMV y a los juzgados, e incluso a lo publicado por los medios.

Sobre el informe forense, ha aludido a razones de confidencialidad y a que se trata de un "elemento crucial" de la investigación abierta por la Audiencia Nacional para no entrar en más detalles de los que ya han trascendido.

Según se recoge en el informe forense de KPMG, la dirección de Pescanova planificó, diseñó y ejecutó operaciones contables para presentar una deuda financiera ficticia, y para lograr financiación formalizó créditos documentarios sin transacciones reales con mercancía.

Al tiempo, utilizó una estructura societaria instrumental para generar financiación bancaria y resultados ficticios.

KPMG sostiene que durante varios ejercicios se diseñaron y ejecutaron prácticas contables cuyo objetivo era presentar una deuda financiera del Grupo Pescanova inferior a la real y, consecuentemente, una cifra de resultados superior a los realmente generados.

Unas operaciones que pueden ser consideradas -añade el documento- como irregulares desde un punto de vista contable y financiero y que no fueron fortuitas, sino resultado de una "planificación de forma consciente".

En la junta extraordinaria de hoy se ha dado luz verde a la designación de Ernst&Young como auditor de las cuentas anuales de Pescanova SA y sociedades dependientes correspondientes a los ejercicios de 2014 a 2016.

Sobre la elección en su día de la propuesta del consorcio formado por Damm y Luxempart en el marco de reestructuración de la sociedad, el consejo ha alegado que fue la única que se presentó finalmente, ya que la alternativa que encabezaba el exministro Eduardo Serra se retiró de la puja.

En cuanto a la contratación del banco de inversión Lazard, encargado de negociar la refinanciación de la deuda con los acreedores, ha justificado que presentó la oferta más baja de las dos firmas consultadas, y que el consejo, que carecía de "credibilidad suficiente" para pedir quitas del 90% "no lo habría conseguido solo".

Algunos accionistas que han tomado el turno de palabra se han quejado de la "escasa" y "tardía" información aportada por el consejo en esta junta extraordinaria convocada por orden judicial a instancias de Cartesian, que representa un 5% del capital de la sociedad. EFE

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