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Lo que vale la tierra

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photo_camera Explotaciones de viñedo en la zona de O Ribeiro.

La hectárea más cara de tierra de labor en secano corresponde a Baleares con 17.630 euros, seguida de Galicia.

A diferencia de lo que sucede con otros tipos de inversión, como la inmobiliaria, donde se producen importantes oscilaciones en función de los ciclos de la economía, la capacidad adquisitiva de las familias o el volumen de la demanda, los precios de la tierra para usos agrarios se vienen caracterizando en la última década por la estabilidad. De acuerdo con esas circunstancias, la tierra ha sido considerada tradicionalmente como un valor seguro, y tan seguro que los precios de la misma en las últimas décadas tampoco han sido motivo de grandes oscilaciones con una línea de ligera tendencia al alza, congelados en la última década, motivada por muy diferentes razones que van desde los pagos directos desacoplados de la Política Agrícola Común, al comportamiento de las cotizaciones de los mercados, la existencia de techos de superficies de cultivo con la imposibilidad de crecer libremente como en el viñedo, existencia o no de nuevas incorporaciones como relevo generacional necesitadas de tierras y, en otras ocasiones, simplemente por los hábitos en una determinada zona donde primen los arrendamientos sobre las ventas.

Precio medio por hectárea

De acuerdo con los datos oficiales elaborados por la Administración agraria en base a la cifras proporcionadas por la Comunidades Autónomas, el precio medio de una hectárea de tierra en España en 2015 fue de 10.451 euros. Este dato, considerando que los precios de la tierra van desde los más de 200.000 euros de una hectárea de platanera en Canarias, a los menos de 1.000 euros de una hectárea de un Pastizal de secano en Aragón o Murcia, no tiene ningún valor para poder hablar del precio medio de la tierra en España. Sin embargo, sí tiene importancia para analizar el comportamiento de los precios de la tierra desde finales de los años ochenta cuando se hicieron las primeras encuestas en esta dirección. A precios corrientes, sin tener en cuenta la inflación, los precios en estos más de 30 años habrían pasado de una cifra de 2.564 euros a los 10.451 actuales con varios periodos donde se registraron comportamientos muy diferentes.

Entre los años 1983 y 1989, en el momento del ingreso de España en la Unión Europea, se produjo un importante incremento de los mismos pasando la cifra media de 2.564 euros a casi el doble, 4.700 euros. En ese periodo, los precios de la tierra crecieron especialmente por una mayor demanda debido a las inversiones de empresas y de personas físicas, en muchos casos de profesionales liberales procedentes de las ciudades, con la adquisición, sobre todo de grandes fincas, mientras se mantenía la política de compras de los profesionales del sector agrario.

Una segunda etapa en la evolución de los precios de la tierra se concretó entre los años 1989 y 1996 con unas cifras totalmente paralizadas consecuencia de las incertidumbres que despertaban las diferentes reformas de las ayudas procedentes de la Política Agrícola Común.

Una tercera etapa está marcada entre los años 1996 y 2006 a medida que se van despejando las incertidumbres sobre las ayudas directas de la PAC con pagos desacoplados o derechos ligados a la tierra para compensar la eliminación de los mecanismos para regular los mercados y los precios de garantía. En este periodo, los precios pasaban de una media 4.616 euros en 1996 a 10.402 en 2006

Finalmente, en los últimos diez años con todo atado en lo que afecta a la PAC, los precios medios se han mantenido estables en el entorno de los 10.000-10.500 euros y las oscilaciones más importantes se han concretado solamente en determinadas producciones en función de los precios de los mercados, como sería el caso de los cítricos en la parte negativa, o las bajadas de los precios en el olivar en los primeros años de esta década y las subidas de los últimos ejercicios.

La evolución de los precios de la tierra en las últimas cuatro décadas ha estado marcada muy especialmente por cuatro factores:

El primero, por los cambios en las reformas de la Política Agrícola Común por las incertidumbres sobre el pago de las ayudas.

Segundo, el comportamiento de los mercados. Precios a la baja conllevaron bajadas de las cotizaciones de la tierra, o a la inversa

Tercero. Las condiciones específicas de cada zona en función, entre otros aspectos, de si en la misma dominan la cultura de compras o de arrendamiento, si hay una mayor demanda o no por el relevo generacional para que los agricultores compren y aumenten el tamaño de sus explotaciones.

Cuarto. La presión de los planes urbanísticos sobre terrenos rústicos han marcado igualmente los precios de la tierra en esas zonas.

Hace varias décadas, el fuerte desembarco de capital urbano previsiblemente de dinero negro, animaba los precios de la tierra para usos agrarios, sobre todo, cuando en las grandes superficies era posible el desarrollo de la caza. Hoy, la mayor parte de las compras las realizan los propios agricultores para mejorar el tamaño de la explotación. No existe esa presión por la tierra desde inversores urbanos y tampoco es para destacar la compra de tierras por parte de inversores extranjeros, especialmente rusos y chinos.

El viñedo, en Galicia

Por Comunidades Autónomas, frente a ese precio medio de 10.451 euros, Canarias por sus circunstancias específicas de falta de tierra se sale del mapa con una media de 68.000 euros por el fuerte peso de las plataneras. Muy por encima de esa media se hallan Andalucía y la Comunidad Valenciana por el fuerte peso de cítricos, invernaderos y regadíos, mientras por debajo se hallan Extremadura, Aragón, Castilla y León y Castilla La Mancha. Galicia se halla por encima con más de 13.000 euros de media especialmente por los precios de los viñedos a más de 33.000 euros por hectárea

Aunque no se puede hablar de un precio medio para cada tipo de superficie dadas las características de cada territorio, las cifras medias dan una idea de los mercados. Una hectárea de secano para labor, la más común para el cultivo de cereales, tiene un precio de 6.767 euros. Si se trata de regadío, el precio medio se va 17.777euros. Un viñedo de secano tiene un precio medio de 14.000 euros y de algo más de 19.000 si se trata de regadío. El precio medio de una hectárea de olivar de secano se eleva a más de 23.000 euros y a 39.500 si es de riego. Un prado de secano se paga a una cifra media de 11.350 euros y de 11.800 si es de regadío.

Frente a esos precios medios, la hectárea más cara de tierra de labor en secano corresponde a Baleares con 17.630 euros, seguida de Galicia. La tierra de regadío más cara se halla en Murcia con más de 36.000 euros, el viñedo más caro al País Vasco con casi 56.000 euros y el olivar más caro en secano a Andalucía con más de 20.000 euros.

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