Pedro Sánchez pasó por Ourense para apoyar la candidatura de Leiceaga en una comida-mitin que reunió a 320 militantes socialistas que los proclamaron "próximos presidentes de la Xunta y del Gobierno central".
Ya pueden las encuestas sacudir la campaña con malas noticias que no harán que cunda el desánimo en las filas socialistas. Y más cuando es el líder máximo el que espolea a la tropa."En cada campaña electoral intentan trasladar que no vayáis a votar porque va a ganar el de siempre, pero yo os digo que si salís a votar, Feijóo será un mal recuerdo". A Pedro Sánchez lo escuchaban 320 militantes que pagaron 15 euros por asitir a una comida-mitin en Expourense, aunque tuvo más protagonismo el mitin que la comida. Empanada, entremeses, ensaladilla, ternera asada con patatas y bica de postre para una 'paparota' que a algún afiliado le pareció "algo cara". Pero todos pasaron por caja disciplinadamente, como también hicieron María Quintas, secretaria de organización provincial, y Raúl Fernández, secretario provincial, número cinco y dos de la candidatura, respectivamente. En el socialismo se presupone que no tienen cabida los privilegios, aunque por el candidato a la Xunta y el secretario general del partido se empieza a degustar los entrantes a las cuatro de la tarde si es necesario desoyendo ese tango que dice "no se piensa nada ilustre cuando el buche está vacío".
ESTACIÓN INTERMODAL
Como si se tratase del cómic '300' de Frank Miller sobre la batalla de las Termópilas entre espartanos y persas llevado exitosamente al cine, Noela Blanco, cabeza de lista por Ourense, derrochó optimismo en la batalla del próximo día 25: "Aquí somos 310 ou 320 militantes; se cada un de nós convence a dez, seremos 3.000 e se os 3.000 convencen a outros dez, encheremos as urnas de rosas para botar a Feijóo da Xunta". La edil en el Concello de Ourense Carmen Rodríguez Dacosta ya se había encargado de saludar la presencia de los próximos "presidentes da Xunta e do Goberno central que recuperarán para Ourense a estación intermodal".
Noela Blanco apreció en el recibidor de Expourense "unha luz de esperanza para que en Santiago e en Madrid haxa un goberno socialista" antes de dar paso "aos que todos queredes escoitar, Pedro Sánchez". Si al comenzar su intervención se había saltado el guión mandando subir al estrado a todos los miembros de su candidatura, después dejó a Fernández Leiceaga durante unos segundos con las posaderas suspendidas en el aire hasta que subsanó el error y cedió el testigo al candidato a la Xunta como le correspondía. Defendió la gestión del bipartito presidido por Touriño con el ejemplo de la gratuidad del segundo tramo de la autopista a Santiago e incidió en que detrás del cartel de "Feijóo coas siglas agochadas do PP, están Rajoy e Baltar cós que non se quere fotografar", además de percutir al PP con la propuesta de un parque acuático para Ourense.
Cuando le llegó el turno a Pedro Sánchez no le quedó más remedio que reconocer que las horas eran propias de sobremesa que de primer plato, por lo que prometió brevedad aunque cuando a un político le ponen en la boca un micrófono sucede lo mismo como cuando se le espera con puntualidad. A Ourense se refirió de pasada y para atizar a un Feijóo que "calla con los incendios", ese "Feijóo que es más que el PP que las gaviotas". Minutos antes Leiceaga había apuntado que "Feijóo é máis do PP que Fraga, que polo menos antes tivo un pasado e nunca foi nada sen o PP".
FRAGA Y FEIJÓO
El 'León de Vilalba' alucinaría si llega a saber que años después de su paso por San Caetano un candidato socialista a la Xunta le acabaría regalando elogios para desprestigiar a su sucesor olvidando su pasado de ministro en la dictadura de Francisco Franco. Pedro Sánchez continuó por esa vía para profundizar en la política estatal: "Rajoy y Feijóo tienen algo en común. Rajoy sólo le ocupa y se preocupa de conservar su sillón y a Feijóo sólo le ocupa y preocupa el sillón de Rajoy. En cambio a Leiceaga lo que le ocupa y preocupa es Galicia". Con medios nacionales a rueda de la caravana socialista, Pedro Sánchez quiso hablar también de los suyo con Albert Rivera y Pedro Sánchez. "Dijeron que venían a regenerar la política y están bloqueando el gobierno de este país, por lo que pido que pongan fin a los vetos cruzados para conseguir poner punto final a Rajoy y hasta entonces os pido que creáis que el cambio y la victoria es posible a pesar de las encuestas. Y ahora todos a comer". El discurso fue despedido con aplausos, aunque a esas horas ya se dudaba si la ovación obedecía a las palabras del líder o al ronroneo de las tripas.
Sánchez se fue nada más dejaron de apuntarlo las cámaras, Leiceaga se pasó por las mesas porque sabe que está echando un pulso con una sola mano, como se demostró más tarde en Vigo. El acalde Abel Caballero obvió mencionar al candidato durante su intervención en el primer encuentro después de que se modificasen las listas para adelantar puestos a su sobrino Gonzalo Cabellero mientras aseguraba que "Vigo volverá a detener a Feijóo". En Ourense Leiceaga tiene a 300 para la batalla. O eso parece.
