Romanos, tiroleses o un “revival de los años 80" demostraron su humor

 Hasta última hora esperaron en Verín para ver el desarrollo del desfile, que inicialmente estaba previsto que arrancase desde la Avenida de Castilla en torno a las doce del mediodía. Sin embargo, la pertinaz amenaza de lluvia sembró las dudas de su ejecución hasta el último de los momentos. Con todo, el tiempo acabó permitiendo que se celebrase y expusiese a los millares de presentes por toda la arteria neurálgica de la villa la inventiva e ingenio de los participantes en sus comparsas y carrozas.

Como no podía ser de otra forma, fueron los cigarrones los que abrieron camino a toda comitiva, en la que destacó por la brillantez de su elaboración una de romanos, con sus cuádrigas, que lejos de honrar a su diosa, rendían pleitesía a una máscara verinense en un muy logrado templo. Tiroleses llegados desde la mismísima Austria, militares, una gran representación de los años ochenta; se dejaron ver incluso los componentes del conjunto rockero de la capital ourensano Los Suaves. 

Para la jornada de hoy, lunes, será el turno de los más pequeños, que podrán disfrutar de su particular carnaval, para el que se han previsto incluso por los organizadores talleres de confección de disfraces.
Mañana, martes volverán de nuevo a escena las comparsas a copar las calles de la villa verinense, por la tarde y desde las cuatro y media, por si algún rezagado no pudo contemplar el desfile del día de ayer. El miércoles será ya día de descanso, festivo local en la villa de Verín.