TRIBUNALES

El acusado de matar al boxeador Roberto Larralde se defiende: "Era mi amigo"

Ha explicado que tras coincidir en la cárcel retomaron su amistad al recobrar ambos la libertad y que se dedicaron a dar "dos o tres palos"

José Ramón Vega, acusado de ser el autor material de la muerte del boxeador Roberto Larralde el 13 de septiembre de 2014, ha negado los hechos que se le imputan y ha asegurado que trabó una buena amistad con el púgil tras coincidir con él en la prisión de León en 2010.

El acusado, de 46 años, ha recalcado, en la segunda sesión del juicio por este crimen, que si él hubiese sido la persona que le mató se habría desecho del cadáver y nunca hubiera aparecido.

"Lo hubiera tirado a un pantano o en cualquier lugar nada más matarlo y no lo habría enterrando con una máquina pesada y ruidosa -en alusión a una retroexcavadora de su propiedad- un domingo por la mañana en el lugar en el que fue encontrado", ha apostillado sobre el crimen de Larralde -miembro de un conocido clan de mercheros asentados en varias provincias de Castilla y León-.

"Nunca se me hubiera pasado por la cabeza matarlo, porque Roberto era mi amigo", ha insistido Vega, que sólo ha querido declarar a las preguntas que le ha formulado su defensa.

Ha explicado que tras coincidir en la cárcel retomaron su amistad al recobrar ambos la libertad y que se dedicaron a dar "dos o tres palos".

Ha precisado que estos "palos" consistían en negociar la compra de cierta cantidad de droga -hachís o cocaína- y posteriormente tratar de hacerse con ella sin pagar mediante engaños o con el uso de armas.

Según su versión, iban a dar uno de esos "palos" la noche en que Roberto Larralde fue asesinado, cuando fueron juntos a las proximidades de Santa Olaja de la Rivera (León), donde se encontraron con dos hombres con aspecto de proceder de algún país del este junto a un BMW de color negro.

"Roberto de bajó del coche se acercó y estuvo hablando con uno de ellos al que parecía conocer; luego se dirigió hacia a mí, que seguía dentro del coche, y me dijo que me marchara que no estaba en condiciones de hacer tratos porque había consumido mucha droga ese día", ha rememorado.

También ha dicho que regresó a ese punto a la mañana siguiente para desenterrar la droga, según las indicaciones que le habían dado esas personas, a quienes les dejó una máquina pesada, y explicó que no volvió a llamar a Larralde porque sabía que no le gustaba hablar de esos asuntos por teléfono.

Además, ha negado que comprara el arma homicida a Antonio Gabarri, otro de los siete acusados por este crimen, que ha afirmado que se la vendió en febrero de 2014.

Frente a esta versión, el fiscal considera que Julio López y Miriam Caballero, viuda de Larralde, fueron los autores intelectuales del asesinato ya que hacía unos meses que habían iniciado una relación sentimental y querían librarse del boxeador.

El fiscal pide 20 años de prisión para cuatro de los acusados de lo que califica como un crimen "pasional" y 23 para la viuda por el agravante de parentesco.

Para Froilán Álvarez y Carlos Heli plantea la alternativa de diez años como cómplices de asesinato y reclama dos años para los acusados de vender el arma homicida a José Ramón Vega.

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