CRÓNICA

Por aquí pasan todas las operaciones de la Guardia Civil

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photo_camera Fotografía facilitada por la Guardia Civil que cada día habre una media de dieciséis operaciones.

Doscientos agentes trabajan en un laboratorio donde cruzan investigaciones y trabajan con bases de datos para atrapar al delincuente.

Cada día la Guardia Civil abre una media de dieciséis operaciones. Casi todas ellas pasan por el "búnker" del instituto armado, por el análisis criminal de 200 agentes que las escudriñan en busca de conexiones con otras investigaciones y que cruzan datos con un solo objetivo: atrapar al delincuente.

Sólo el pasado mes de enero, los investigadores de la Guardia Civil han puesto en marcha unas 400 operaciones, la mayoría de ellas, al igual que en las 5.000 del año pasado, relacionadas con delitos contra la propiedad, contra las personas y el tráfico de drogas.

La operación Taula contra una supuesta red de amaños de contratos y que se ha extendido al PP valenciano, y la Frontino, que investiga irregularidades en la contratación de obras con la empresa pública Acuamed, han sido quizás las más mediáticas de las abiertas en lo poco que llevamos de año.

Pero hasta la Unidad Técnica de Policía Judicial (UTPJ) de la Guardia Civil, ese "búnker" del análisis criminal, han llegado muchas otras, como la que permitió desarticular una red que estafaba a aseguradoras con abortos provocados, la que cortó el negocio de tráfico de armas y drogas entre Holanda, España y Portugal, o la que acabó con una banda de albaneses que robó en 50 chalés de lujo.

Antonio Cortés es el coronel que dirige esta unidad, integrada por 198 guardias civiles, de los cuales 145 son especialistas en Policía Judicial, hombres y mujeres con una amplia experiencia en la calle, con un "gran olfato" policial y formación específica en las diferentes tipologías de delitos.

Dividida en tres áreas, la primera de ellas, explica Cortés a Efe, es el departamento de análisis criminal. A él llegan los primeros datos de cualquier delito que se cometa en la demarcación de la Guardia Civil y en él se gestionan, se cruzan con otros hechos delictivos, se busca la conexión con otras operaciones y se detecta si tiene alguna vinculación internacional.

Para ello, este departamento se divide a su vez en cinco grupos especializados en los distintos tipos de delitos: contra las personas (trata de seres humanos, homicidios, desapariciones, mujer, menores...), de drogas (incluidos tráfico de medicamentos o falsificación), contra el patrimonio, económicos y tecnológicos.

En esta área se coordina la actuación cuando varias unidades coinciden en la investigación e, incluso, otras fuerzas de seguridad implicadas en las pesquisas, y se gestiona la ayuda y refuerzo que pueda necesitar la comandancia que ha abierto el caso.

Y en un buen número de operaciones la conexión internacional es evidente, por lo que la coordinación con las policías de otros países o con agencias internacionales, como Europol, Interpol, la DEA o el FBI, es otra de las funciones de la unidad.

Además, es permanente el contacto con organismos nacionales como la fiscalía antidroga, la agencia antidopaje, la del medicamento y otras con las que existe un enlace directo desde la UTPJ.

Como la gran mayoría de las investigaciones de la Guardia Civil pasan por este "búnker", otro departamento de apoyo técnico y estratégico se encarga de estudios sobre la incidencia delictiva.

Elaboran los denominados "dardos", es decir, documentos de análisis de riesgo de difusión operativa que radiografían una modalidad delictiva y que son distribuidos a las unidades operativas de la Guardia Civil y a entidades como el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), la Fiscalía, la judicatura, oficiales de enlace e, incluso, a otros cuerpos para que les sirvan en su trabajo.

Informes que van desde la delincuencia china, hasta la explotación laboral, los incendios provocados, la sustracción de cobre o los robos en cajeros con gas explosivo. En ellos, se describe el modus operandi y las peculiaridades de las bandas que se afanan en esos delitos.

Y con toda esa información que la UTPJ recoge de la actividad operativa de los investigadores, puede concluirse que el número de delitos está bajando en España, que los lugares con mayor incidencia delincuencial son el Levante, Madrid, Sevilla y las Islas Baleares y que los países con los que se tiene más contacto para colaborar en las pesquisas son Marruecos, Francia, Italia, EEUU, el Reino Unido y Portugal.

Una de las "joyas de la corona" de la Unidad Técnica es la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo, que presta apoyo en todo el territorio con la presencia de psicólogos especializados para apoyar en los casos más complejos y, sobre todo, en los que están involucradas víctimas vulnerables, como menores de 7 años o discapacitados.

Intervienen también en grandes catástrofes -el accidente del Spanair es un ejemplo- para ayudar en las indagatorias y son los encargados de determinar el perfil criminológico del sospechosos y el psicosocial de las víctimas.

Cursos especializados de formación, como el reciente sobre delitos de odio con la participación de entidades de todas las partes implicadas, y la coordinación de operaciones que se desarrollan de forma simultánea en Europa o a nivel mundial, como la Opson contra el fraude alimentario o la Pangea contra el tráfico ilícito de medicamentos, completan la actividad de la UTPJ.

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