El bochorno debe continuar

Todos los miembros de la Ejecutiva han tenido que presentar su DNI para poder entrar.

Lágrimas en los trabajadores de la sede del PSOE en Ferraz desde primera hora de la mañana. Algunos llevan décadas y han visto llover presidentes, éxitos y triunfos electorales, han recibido un sinfín de noticias de atentados de ETA contra sus compañeros, y han visto reventar los escándalos del GAL y de Roldán, pero también las mayorías de aquel huracán González, parca y rosas, y calles plagadas de una España que entonces, decía Guerra, que no la reconocería ni la madre que la parió. Aquello era un PSOE, al menos, en posición de fuerza. Debía serlo para hablar así. Estos mismos empleados y militantes ven ahora el desguace al que su propia Ejecutiva está sometiendo al partido y, es lógico, no logran frenar el caudal de la emoción.

Se anunciaba un receso. El retraso, de hora y media. La razón: no hay acuerdo en nada. Durante más de una hora, la discusión sobre los procedimientos previos a la posible votación ha sido tan minuciosa que no se ha podido ni aprobar el primero de ellos. Todos los miembros de la Ejecutiva han tenido que presentar su DNI para poder entrar. Un proceso que se ha seguido con detalle ante la sospecha y denuncia que posteriormente han hecho los leales a Sánchez: que los críticos han tratado de introducir personas ajenas a la Ejecutiva. Una denuncia que por ahora está causando más furor en las redes sociales –muchas risas a su costa- que en Ferraz, donde nadie ha logrado acreditar tal cosa, al menos hasta ahora.

Extraoficialmente, la batalla es clara: la ejecutiva de Sánchez quiere llevar las riendas del congreso extraordinario, mientras que los críticos quieren que entre ya una gestora. En realidad, los críticos quieren ver a Sánchez saliendo hoy de Ferraz por última vez.

Y entretanto, la otra foto del día, una exclusiva de La Sexta: Miquel Iceta y Susana Díaz sentados en un patio de Ferraz. El primero con el gesto muy serio, la cabeza levemente abatida y los brazos cruzados. La segunda, gesticulando con vehemencia.

Por fin, la Ejecutiva “en funciones” de Pedro Sánchez se ha sentado. Y parece que el espectáculo -el bochorno- debe continuar. En la calle, frente a la sede, los partidarios de Sánchez portan carteles de “no es no” con la misma solemnidad que si llevaran escrita la declaración de Martin Luther King, y llaman golpistas a los otros. Los críticos, cruzan insultos, pero están menos organizados. Se habla una vez más del "comando Luena" y su operativo desarrollado en Ferraz para defender al líder. Sea como sea, los "sanchistas" llaman "golpistas" a Susana Díaz, a Carme Chacón y compañía, pero también a Felipe González, a Alfredo Pérez Rubalcaba, y demás alineados con la operación para desbancar a Sánchez. Golpistas, a aquel PSOE. 

Salga lo que salga de este comité será muy difícil esa pretensión de Susana Díaz de “coser” al partido. Hay heridas que no van a cicatrizar tan rápido.

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