ESPAÑA

Cortes o autolesiones, riesgos del juego virtual “Ballena Azul"

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photo_camera Imagen de una ballena tatuada en el brazo de un adolescente que participa en este juego.

Los adolescentes que lo practican deben superar 50 días de retos peligrosos hasta llegar al suicidio 

Las conductas extrañas que presentan los adolescentes que siguen el juego virtual conocido como "Ballena Azul", en el que deben superar cada día, hasta llegar al 50, retos peligrosos que acaban con el suicidio, pueden alertar a los padres de que sus hijos están inmersos en esta aventura macabra.

Miriam González, vocal del Consejo Oficial de Psicólogos de Madrid, asegura que los padres de víctimas de este juego que ya ha originado varias muertes de adolescentes en distintos países habían detectado conductas extrañas en ellos, pero no sabían a qué se debían.

Por eso, es fundamental la comunicación con los hijos para poder observar conductas que no sean las habituales, y en este juego, similar a uno de rol, hay 50 días en los que, en cada uno de ellos, hay un desafío peligroso.

Entre los retos a superar están hacerse cortes y autolesiones -hacerse un agujero en la mano o tatuarse una ballena en el brazo con una lámina- o pasar todo un día sin dormir viendo películas de terror.

Pero el resultado final de esos 50 días es la muerte y eso a pesar de que los jóvenes que participan en el mismo "no tienen una conducta de suicidio premeditada, elaborada, porque se encuentren en una situación de alta vulnerabilidad o se sientan que no tienen otra salida", según la experta.

"Este es un juego de rol que su último reto nos da una situación de fallecimiento y la forma de realizarlo es por precipitación, pero -añade la psicóloga- no debemos confundir el ir consiguiendo retos con el me voy a suicidar porque no soporto la situación que estoy viviendo, aunque no se puede generalizar".

no aceptar invitaciones

Los jóvenes deben protegerse para no caer en este "juego contra la salud", según González. No deben aceptar invitaciones en las redes sociales. Sus amigos en las redes sociales deben ser conocidos. Y los padres deben ayudarles a fortalecer los vínculos en el entorno familiar y social para que los juegos peligrosos se conviertan en un refugio. "El juego siempre tiene que ser algo lúdico y una acción de diversión, no de malestar", concluye.n

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