MADRID

El Estado pagará 222.000 euros al legionario que perdió una mano en ejercicios

El Supremo ha condenado a tres meses de prisión a un legionario que provocó la pérdida de la mano izquierda a un compañero

El Supremo ha condenado a tres meses de prisión a un legionario que provocó la pérdida de la mano izquierda a un compañero al que hirió por error en un ejercicio de morteros con fuego real y al que deberá indemnizar con 222.414 euros, cantidad de la que será responsable civil subsidiario el Estado.

De este modo, el Estado será quien abone la indemnización para el caso de que el legionario no pueda hacer frente al pago.

Las maniobras se realizaron en octubre de 2011 en las cercanías de Viator (Almería) con cuatro morteros de 120 mm que dispararon en repetidas ocasiones con fuego real, como parte de unas maniobras militares.

En uno de aquellos disparos, según relata la sentencia del Supremo, una vez dada la orden de fuego "el cabo A. accionó el mecanismo de disparo, instante en el que éste y el cargador Y. se miraron mutuamente al no estar seguros de que la granada hubiera salido".

Después, y a pesar de no estar seguro de que si la granada había salido, el legionario Y. -el condenado- gritó "¡tubo libre!" y, más tarde, en el instante en el que el cabo colocaba un determinado tapón en la pieza con su mano izquierda, "sin que nadie se lo ordenase y omitiendo las precauciones necesarias, accionó la palanca de disparo del mortero".

La granada impactó entonces, en su trayectoria de salida, en la mano y el antebrazo izquierdos del cabo, hiriéndolo de gravedad, hasta el punto de que los dejó en estado equivalente a la amputación -respecto a la mano- y de secuelas de inmovilización parcial en el resto de la extremidad.

El Tribunal Militar condenó al legionario Y. por un delito contra la eficacia en el servicio a la pena de tres meses y un día de prisión y al abono de una indemnización de 161.270 euros a la víctima del siniestro, indemnización de la que hacía responsable civil subsidiario al Estado si el culpable no pudiera pagarla.

Ahora el Supremo eleva la cifra a 222.414 euros al considerar que la primera instancia erró al calcular el valor equivalente en dinero de las secuelas causadas al cabo herido, apreciación en la que coincide con el fiscal.

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