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El Parlament programará un pleno el miércoles tras seis semanas sin control al Govern

JxSí se quedará en minoría si la CUP abandona el Parlament mientras no haya Declaración Unilateral de Independencia
 

La Mesa y la Junta de Portavoces del Parlament se reunirán el lunes por la mañana para programar el orden del día de un pleno previsto para el miércoles y jueves, después de seis semanas marcadas por la hoja de ruta independentista en las que no ha habido sesiones de control al Govern ni actividad ordinaria.

Lo han explicado a Europa Press fuentes parlamentarias, que señalan que es urgente retomar la actividad y ejercer la función de control al Govern que tiene el Parlament, si bien admiten que resulta extraño celebrar un pleno "como si nada, después de todo lo que ha pasado estas semanas".

El pleno se reunió el pasado martes, pero lo hizo de forma extraordinaria por la comparecencia a petición propia del presidente Carles Puigdemont, que llevó los resultados del referéndum a la cámara y asumió que debían traducirse en una declaración de independencia: ocho segundos después pidió suspender sus efectos para dar margen al diálogo.

Esta decisión enervó a la CUP, que este sábado tiene previsto reunir a su Consell Político para decidir si abandona la actividad parlamentaria ordinaria hasta que Puigdemont no reactive la declaración de independencia como medida de protesta.

De aceptarse esta estrategia, se perdería la mayoría independentista en el Parlament y el orden del día del próximo pleno lo fijaría la oposición, que tendría la mayoría de votos: la agenda de los plenos la establece la Junta de Portavoces, en la que, a diferencia de en la Mesa, JxSí no tiene mayoría absoluta y necesita los votos de la CUP.

Además, si la CUP decide no acudir al pleno, JxSí tampoco tendría mayoría para aprobar las leyes y mociones que se tengan que abordar en el plenario del miércoles y el jueves.

6 Y 7 DE SEPTIEMBRE

La actividad ordinaria se congeló tras el pleno del 6 y 7 de septiembre, en el que se aprobaron la ley del referéndum y la de transitoriedad jurídica y se constituyó la Sindicatura Electoral de Catalunya, la autoridad electoral del referéndum del 1 de octubre.

Aquél pleno es recordado por la oposición como el peor desde la recuperación de la Generalitat tras el franquismo: JxSí y la CUP aprobaron las iniciativas independentistas pese a que los letrados del Parlament y el Consell de Garanties Estatutàries (CGE) alertaran de que no podían hacerlo y advirtieran de que estaban laminando los derechos de la oposición.

Las discrepancias se materializaron en votaciones complejas con medio hemiciclo vacío y a altas horas de la madrugada --Cs, el PSC y el PP abandonaron la sala tras reclamar a lo largo del día de ambas jornadas que las leyes de `desconexión` no llegaran al pleno--: aquel episodio supuso la zozobra de la relación entre los grupos y ahondó en la desconfianza de la oposición en la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

Desde entonces no ha vuelto a haber más plenos ordinarios: a los 15 días había uno previsto pero se canceló a petición de JxSí y la CUP por la excepcionalidad de la situación y por el contexto de campaña electoral del referéndum del 1 de octubre.

Se estudia que el contenido de ese pleno sea el que acabe nutriendo el orden del día del próximo cónclave de la semana que viene, con temas como el proyecto de ley de puertos, dos debates a la totalidad, una proposición de ley sobre el sector audiovisual y la modificación de la Ley de Educación de Catalunya (LEC).

DEBATE DE POLÍTICA GENERAL

La inactividad del Parlament también ha generado malestar en la oposición porque aún no se ha convocado el pleno para celebrar el Debate de Política General.

El reglamento del Parlament recoge que uno de los primeros plenos tras las vacaciones de verano --en septiembre-- debe ser el de Política General, para abordar los temas candentes del curso político, pero JxSí y la CUP lo han frenado hasta la fecha.

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