ESCáNDALO EN LA IGLESIA

El párroco de Épila denuncia por calumnias al diácono que le acusa de acoso

El que fue arzobispo de Zaragoza sostiene que todo obedece a una venganza porque le culpa a él de que no fuera ordenado sacerdote

El párroco de Épila (Zaragoza), Miguel Ángel Barco, ha presentado ante la Guardia Civil una denuncia por calumnias contra el que fuera diácono de su parroquia, quien le acusa de presunto acoso sexual durante el tiempo que ambos compartieron vivienda en la localidad zaragozana.

Fuentes de la Guardia Civil han señalado a Efe que la denuncia por calumnias la presentó poco antes de las 20.30 horas de ayer en el cuartel de la localidad de Épila y que está en proceso de instrucción.

El cura niega las acusaciones del diácono, que las puso en conocimiento del que hasta hace dos semanas fue arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, y sostiene que todo obedece a una venganza porque le culpa a él de que finalmente no fuera ordenado sacerdote.

La denuncia del párroco se produce después de que trascendiera que el arzobispo Manuel Ureña fue obligado por la Santa Sede a renunciar al cargo por haber autorizado el pago de una indemnización de 105.000 euros al diácono.

Según el diario Heraldo de Aragón, el arzobispo decidió indemnizar con 60.000 euros (más otros 45.000 por impuestos a Hacienda) al joven diácono con la nómina de noviembre, una decisión cuestionada en algunas estamentos de la diócesis.

Se trataría, según el diario, de una especie de indemnización por rescisión laboral para ayudarle a rehacer su vida tras no lograr ser sacerdote.

Manuel Ureña anunció el pasado 12 de noviembre que el papa Francisco había aceptado su renuncia "por motivos de salud", según explicó él mismo en una rueda de prensa, en la que dijo que su sucesor sería nombrado en enero.

El diácono, de 27 años, estuvo en la parroquia de Épila desde 2011 hasta la primavera de 2014, cuando trasladó su residencia a otra parroquia de la capital aragonesa, que abandonó este mismo mes de noviembre.

Sobre este asunto, el Arzobispado no se ha pronunciado y mantiene un silencio oficial, y Manuel Ureña suspendió ayer su presencia en la inauguración de una exposición sobre mártires cristianos en Zaragoza.

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