La renuncia del arzobispo de Zaragoza podría estar relacionada con una indemnización a un diácono que no se ordenó

Según publica el Heraldo de Aragón, Manuel Ureña autorizó el pago de 60.000 euros a un joven al que había decidido no ordenarle sacerdote, para que pudiera rehacer su vida

La renuncia del arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, aceptada por el Papa el pasado 12 de noviembre, podría estar relacionada con una indemnización a un diácono, según publica este miércoles 'Heraldo de Aragón', que asegura que el Vaticano destituyo al arzobispo tras tener conocimiento de la misma a través del propio Arzobispado.

Así, este diario señala que Ureña autorizó el pago de una indemnización de 60.000 euros a un joven diácono de Épila, al que había decidido no ordenarle sacerdote, para que pudiera rehacer su vida y cursar estudios universitarios. Además, el Arzobispo se comprometió a abonar la parte que correspondía a Hacienda, 45.000 euros. La indemnización se hizo el 6 de noviembre a través de transferencia bancaria.

Desde el propio Arzobispado se cuestionó la forma y los motivos de la elevada indemnización y se trasladó el asunto a la Santa Sede. Pocos días después, el pasado 12 de noviembre, el Papa Francisco aceptó la renuncia de monseñor Ureña, en conformidad con el artículo 401.2 del código de Derecho Canónico, según informó el Vaticano a través de un comunicado de prensa.

Dicho artículo dice textualmente: "Se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo".

Ese mismo día, desde el Arzobispado indicaron que monseñor Ureña, de 69 años, abandonaba su cargo por motivos de salud. Él mismo, en rueda de prensa, justificó su renuncia debido a su mala salud y a las operaciones que se había sometido. Hay que "tener una salud de hierro" para estar al frente de la Diócesis, dijo.

Asimismo, manifestó que "hace más de un año" que le daba "vueltas al asunto" y "he creído en conciencia, que debía presentar la renuncia" por razones de salud, algo que "pasa todos los días en la Iglesia", donde hay cerca de 4.000 obispos.

El Consejo de Consultores, integrado por diez prebísteros y que asesora al administrador diocesano, Manuel Almor, abordó ayer en una reunión el asunto de la indemnización.

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