ENTREVISTA

El testimonio de un enfermo de alzhéimer: "Temo la tristeza de los míos cuando no conozca"

Senén Rodríguez tiene 65 año y le diagnosticaron la enfermedad hace seis años

Senén Rodríguez tiene 65 años y, a pesar de que fue diagnosticado de alzhéimer hace seis años, lleva una vida relativamente normal, aunque "con despistes", y "lo que más teme" es el momento en que "no conoces a tus seres más queridos", sobre todo por la tristeza que les puede provocar a ellos.

Porque "el que lo padece, por desgracia, no se da cuenta", señala con motivo del Día Mundial del Alzheimer en una entrevista con Efe este leonés, que reconoce que cuando recibió el diagnóstico "fue muy duro, la peor noticia" de su vida.

Como mucha gente, Senén había oído hablar del alzhéimer pero "pensaba que a mí no me iba a tocar".

Su periplo comenzó con un cuadro de deterioro cognitivo en 2010.

"Todo empezó con despistes, se me olvidaban cosas muy simples y veía que un trabajo que yo normalmente lo hacía bien -era técnico de reparación de electrodomésticos- había días que no podía sacarlo adelante. O hacer una simple suma en la factura que tenía que entregar a los clientes no me salía", señala.

En 2011 comenzó con pruebas y luego llegó el diagnóstico.

El primer golpe al que tuvo que hacer frente fue dejar el trabajo y "pasar de estar ocupado casi todo el día a no hacer nada, un cambio de vida total".

A pesar de ello, afronta de manera positiva la enfermedad e intenta hacer vida normal mientras pueda. "Por suerte aún no he tenido despistes de esos que no sabes por dónde andas, lo que tengo son pérdidas de memoria".

Su familia también lo lleva bien, "de momento", aunque reconoce que cuando su mujer le encarga alguna tarea, "no la hago porque se me olvida", ni siquiera si se lo apunta. "No me sirve, porque dejo el papel por ahí y luego no me acuerdo".

Es una de las personas más activas de la asociación Alzheimer León y forma parte, junto a otros cinco pacientes, del Grupo Helen, que se centra en lograr que los afectados salgan de las sombras, aumentar la conciencia y la sensibilización y hacer respetar los derechos a los afectados.

El objetivo último de este grupo pionero en España, señala Senén, es normalizar la enfermedad, que sea visible y que los medios de comunicación hablen de ella "más a menudo y no solo el día 21".

También pretenden recibir un trato normal, correcto. "Que no notes que te arropan ni que te apartan".

Se trata, en definitiva, dice, de "hablar de nosotros por nosotros mismos".

Y es que, según explica, en las consultas, los médicos "cuando miran tu historial y ven que tienes alzhéimer pasan de mirarte a ti para preguntarle a tu acompañante", cuando "el que estoy mal soy yo".

Una de las apuestas del grupo es la creación de una tarjeta identificativa que puedan portar las personas con alzhéimer "para que cuando vayas por ahí, sepan que tienes la enfermedad y cómo tienen que tratarte".

Senén no oculta su enfermedad a nadie. "¿Para qué?, lo que tienes lo tienes", y opina que no se puede estar parado ni acobardado.

"Me he dado cuenta de que la gente lo lleva muy mal, yo lo llevo lo mejor que puedo, aunque siempre con mis ratos, como cuando ves a otras personas en estado avanzado y piensas que así vas a acabar tú... Pero procuro olvidarlo y no estar dándole a la cabeza todo el día".

Reconoce que es muy difícil decidir ahora qué tratamiento quiere recibir cuando esté en una fase avanzada de la enfermedad, aunque tiene claro que "una vez que estás como un vegetal, "¿para qué quieres estar aquí?".

Es mejor, opina, "dejar que uno se vaya tranquilamente sin hacer sufrir a los demás". 

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