crónica

La viuda del primer empleado de Metro Madrid muerto por amianto: "Viví un infierno"

Elizabeth Olivares relató a los periodistas que la enfermedad de su marido, Antonio Morán Canseco, fue "un tormento" para ella y su familia.

La viuda del primer trabajador de Metro fallecido por una enfermedad profesional derivada de la exposición a fibras procedentes del amianto vivió "un infierno" por la afección de su marido, que quería "volver al trabajo" pese a que la empresa, lamenta, no les ayudó "nada".

Tras asistir este viernes a la comisión de investigación de la Asamblea regional sobre la presencia de amianto en Metro de Madrid, Elizabeth Olivares relató a los periodistas que la enfermedad de su marido, Antonio Morán Canseco, fue "un tormento" para ella y su familia.

Los trabajadores de Metro que, como Morán, sufren dolencias derivadas de la exposición al amianto "no tienen ni idea, en un principio, de qué es lo que está pasando", según Olivares.

Antonio Morán era un oficial de mantenimiento que trabajaba "cambiando las piezas de los trenes" en los talleres de Metro en Canillejas, y cuando "empezó a sentirse mal", con un "dolor muy fuerte en el pecho", su mujer pensó que podía estar sufriendo "un infarto".

En el hospital, de entrada, pensaron que padecía "una enfermedad pulmonar" al uso, como "una neumonía", pero tras diversos exámenes a Morán le diagnosticaron asbestosis, una afección causada por la inhalación de polvo de asbesto.

Aunque "ya era innegable lo que él tenía", los responsables de Metro no se "acercaron" al oficial hasta "ya al final prácticamente", cuando "el doctor de la empresa y la enfermera" lo visitaron.

"Él quería volver a su vida", dijo Olivares, quien recalcó que "la familia entera" vivió "un infierno" hasta el fallecimiento de Morán, el pasado 24 de mayo.

También acudió a la Asamblea la viuda del primer trabajador de la compañía al que se le reconoció asbestosis y que falleció el pasado 4 de octubre, para quien la enfermedad de su marido fue "una verdadera pesadilla".

"Mi marido se prejubilaba este año y el año pasado, cuando cumplió los 60 años, le dijeron que el tiempo se le acababa, porque la enfermedad que tenía, que era causada por el amianto, no tenía cura y lo único que le podían dar eran tratamientos paliativos", explicó María Eugenia Martín, viuda de Julián Martín Rebate.

Antes de contraer la dolencia que le causó la muerte, Martín superó "un cáncer de laringe" que, según su esposa, también pudo deberse a la exposición de fibras de amianto.

Este empleado de la compañía, que trabajaba en los talleres de Canillejas en el mantenimiento eléctrico del material móvil donde manipuló materiales con amianto, presentó el pasado mes de junio una demanda ante los Juzgados de lo Social para reclamar a Metro una indemnización de 395.602 euros, cuya tramitación continúan sus herederos.

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