LA ENTREVISTA

Andrés Mazaira: "Los retos son la demografía y la actividad"

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Andrés Mazaira es profesor de la Facultad de Empresariales del campus de Ourense y elabora para la Diputación una síntesis de datos que eleva al Observatorio Económico Ourensán.

Esta herramienta diagnóstica permite monitorizar los elementos clave para la toma de decisiones tanto institucionales como empresariales. Los retos, dice, son convivir con el envejecimiento de la población, pero sobre todo conseguir más actividad de la que ahora se constata. 

En el análisis de los datos del primer trimestre de este año, ¿a qué conclusiones podemos llegar?  

Nosotros utilizamos el Observatorio como elemento para saber dónde están nuestros retos a corto y a largo plazo. En el caso de la sociedad ourensana tenemos un reto demográfico, pero también económicos importantes porque tenemos un nivel de actividad todavía bajo, que puede crecer mucho. Y tenemos otro gran reto: saber cómo somos capaces de adaptarnos a una sociedad que tiene que cambiar y girar con las exigencias de una sociedad que cada vez es más digital. 

Ha citado dos asuntos cruciales: la demografía y la actividad. ¿Por ese orden? 

Yo pondría primero la actividad. Esa es una obligación a corto plazo, no podemos escondernos detrás de grandes retos cuyos resultados los vamos a ver dentro de 25 años. Debemos de mejorar con urgencia nuestro nivel de actividad, también tenemos un nivel de salarios no muy alto porque no generamos demasiado valor. Sabemos que tenemos cosas que hacemos muy bien, que somos líderes, y ahora gracias a los procesos de digitalización y globalización podemos extendernos, tenemos que concentrar ahí nuestro esfuerzo. Eso no quita que tengamos un reto demográfico, pero vamos a tener que habituarnos a esta realidad, tenemos que diseñar una estructura social y económica capaz de convivir con esta realidad.

¿Estamos siendo capaces de hacer todo eso?  

Sí y no. ¿Por qué? Porque todavía no somos capaces de retener o atraer talento. En las nuevas economías necesitamos talento para aportar valor. Siempre decimos que tenemos la generación mejor preparada, pero nuestro problema no es que se vayan, sino que somos capaces de crear oportunidades para poder atraer. Hace cien años necesitábamos una sociedad intensiva en mano de obra para los procesos industriales pero en la economía del conocimiento y digital no se va a necesitar esa mano de obra. Tenemos un proceso de robotización inmediato y con muchas menos personas vamos a hacer más cosas. Por lo tanto, no está muy claro que de esta revolución digital vayamos a salir con más empleo, probablemente suba el nivel del debate en torno a renta básica sí o no, si los robots deben de cotizar o no. ¿Por qué? Porque sino todo ese valor añadido, ese incremento de productividad va a quedar concentrado simplemente en el empresario. ¿Cómo se reparte eso en el ámbito social? Esos son los retos que tenemos. 

¿Y cree que ese debate la sociedad lo vive como ajeno o como urgente? 

Creo que hay una parte del empresariado que lo está interiorizando. Ourense es muy competitivo en Galicia en muchos sectores. Si tú coges sectores donde la competición es muy dura, como el de la automoción, Ourense tiene empresas capaces de competir con los grandes. También en el campo agroalimentario. Eso es lo que hacemos bien y nuestro reto es cómo somos capaces de hacer estas ventajas competitivas, de hacerlas crecer. No vamos a ser líderes en sectores que no conocemos.

¿Qué observaciones hace este año en relación a otros años de conclusiones muy preocupantes?  

La realidad es que las afiliaciones, tanto por residentes como por cuentas de cotización, siguen creciendo de manera continuada, lo que nos indica que la actividad se recupera. Ahora tenemos que ver cómo convertimos eso en valor y que toda la sociedad se beneficie de ese valor, no tanto desde la subvención, sino desde la capacidad de generar actividad. Tenemos buenos datos en turismo, pero debemos definir qué peso debe tener el turismo en la provincia, tenemos un reto importante sobre la industria, sobre todo la manufacturera. Ourense no está tan lejos en su industrialización con respecto a Galicia, tenemos una potente industria extractiva en Valdeorras. En fin, tenemos muchos retos, pero creo que lo importante es tener oportunidades, y las tenemos.

¿Qué responsabilidad tiene la sociedad? ¿Tenemos capacidad para afrontar esos retos o estamos esperando soluciones externas? 

Debemos superar un elemento bastante localista, que es el pensar que si le va mejor a la provincia de al lado a nosotros nos va peor. Ese concepto geolocal ha cambiado, lo cual no quita que nosotros tenemos un grado de reivindicación no muy acentuado. Creo que debemos ser reivindicativos con nosotros mismos, ser más autoexigentes, más autocríticos y a partir de ahí exigir también responsabilidades a tu entorno. No puede ser que los fondos europeos viniesen por las localizaciones y por el desfase que había entre la economía interior y la de la costa y luego no se invirtió como se debía. Eso no debe ser asumible, tampoco podemos dar por bueno un sistema que ha empobrecido el rural. No podemos recuperar el rural y luego tener, por ejemplo, un Internet que no es de primer nivel. Eso lo exige una sociedad joven, pero también una empresa. 

¿Percibe una minoración en la fuga de talento? 

Todavía hay más de 100.000 ourensanos fuera. Nos debería preocupar que no seamos capaces de atraer a gente de fuera. Eso no lo conseguimos con la burbuja del emprendimiento, pensando que un chaval de 17 años que acaba de salir de la facultad y cientos de ellos van a montar su propia empresa y va a ser esa la gran panacea. Los modelos de emprendimiento se basan en tener empresas en las que aprender y luego ellos mismos pueden emprender. El resto es una solución de autoempleo y no en las mejores condiciones. 

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