Es por ello que la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias plantea a las administraciones líneas de apoyo fiscales a arrendadores y arrendatarios en concellos del interior para tratar de animar un mercado deteriorado
Hace ya cinco años que María cerró su mercería por jubilación y el local sigue con el cartel de se alquila, ella es consciente de que no se volverá a alquilar porque sus vecinos ya van a la ciudad más próxima de compras cada fin de semana. Esta situación se repite en muchos pequeños municipios del rural gallego, donde el comercio languidece sin mucha perspectiva.
Según los datos de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), en la comercialización de locales comerciales “constatamos una vez más una Galicia a dos velocidades”, explica su presidente, Benito Iglesias. Por un lado están unas áreas que avanzan y aglutinan el 80% de la oferta y la demanda, que se corresponde con las grandes ciudades y los principales concellos cabeceras de grandes comarcas, unos 50 municipios. Por otro lado están los 260 ayuntamientos donde la demanda es reducida “lo que evidencia el despoblamiento y envejecimiento de los municipios de menos de 5.000 habitantes y su falta de poder de atracción de nuevas actividades económicas y de fijación de población”, subraya Iglesias.
Es por ello que desde Fegein plantean a las administraciones “líneas de apoyo fiscales a arrendadores y arrendatarios en ayuntamientos del interior de menos de 5.000 habitantes, al constatar la gran dificultad de dinamizar una oferta estática y una pérdida de valor considerable”, explica Benito Iglesias.
Al igual que ocurre en el mercado de la vivienda, Fegein constata un alto porcentaje de municipios gallegos que se están quedando anclados en áreas cada vez más deshabitadas, sin atractivo a la hora de invertir y donde el relevo generacional es ínfimo al finalizar la actividad económica en curso con la jubilación o cierre por parte de sus propietarios. Quedan así “cada vez más bajos vacíos que no se vuelven a alquilar y que son cada vez más en nuestros municipios del rural”, precisa el presidente de federación inmobiliaria.
En cuanto a este mercado de locales comerciales, Fegein precisa que la hostelería, restauración y actividades de alimentación son las que aglutinan la mayoría de las operaciones de locales comerciales en el conjunto de la comunidad.
Son las calles más céntricas y los centros comerciales los predilectos para los demandantes de actividades económicas de ropa, bisutería, calzados y complementos.
Se trata de un mercado en el que los precios se han corregido a la baja en los últimos años, aunque las “millas de oro” de las grandes ciudades siguen manteniendo cotizaciones alza. El precio medio oscila entre los 7,50 euros por metro cuadrado que se registra en la provincia de A Coruña y los 4,50 de Lugo, con 5 euros de media por metro cuadrado en la provincia de Ourense y 7 en la de Pontevedra, según los datos recopilados por la Federación Galega de Empresas inmobiliarias entre las empresas que tiene asociadas y los principales portales inmobiliarios.
El precio en las ciudades
Si el análisis se hace entre las siete grandes ciudades gallegas el precio medio ya sube y se coloca entre los 11 euros el metro cuadrado al mes que registran tanto A Coruña como Santiago y los 5 euros de Ferrol. En medio se sitúan los 5,50 euros el metro cuadrado de alquiler de un local comercial en Lugo de media, los 6,50 de Ourense, los 7,50 de Pontevedra y los 9 euros de Vigo, según los datos de Fegein.
La federación de inmobiliarios estima en 3.200 los locales comerciales en arrendamiento en las siete principales áreas de influencia de Galicia, pero solo A Coruña, Vigo y Santiago aglutinan ya un tercio de todas esas propiedades. A Coruña tiene unos 1.110 locales y Vigo otros 600, mientras que en Santiago estiman que hay 400 locales en arrendamiento.
La federación que agrupa a las empresas inmobiliarias gallegas precisa que los precios medios de un local comercial van en función de su ubicación, estado de conservación y reforma, metros de fachada o cristalera, entre otros aspectos.
Fegein señala que la propiedad de un local comercial representa unos gastos medios anuales de 3.000 euros, al tener que hacer frente a gastos como la comunidad, IBI, mantenimiento de los servicios de agua o luz, con lo que los expertos del sector aconsejan a los propietarios “que es mejor tener un arrendamiento acorde al precio del mercado que tener un local vacío que solo origina gastos y deterioro”.
Para Fegein la oferta existente en el canal de comercialización en las cuatro provincias gallegas “es más que suficiente” para atender la demanda.
Los locales comerciales fueron un activo muy demandado hasta 2006 por los inversores, porque los precios de alquileres estaban en franjas altas de rentabilidad, pero con la crisis se ha corregido a la baja, por lo que los inversores se han decantado por la vivienda y las oficinas.
