EMPRENDEDORES Y MARKETING

¿Creas una empresa? Recuerda: “Las medias... para las piernas”

¡¡¡Cuántas veces escuché esta frase de mi padre!!! “Las medias, para las piernas”

En multitud de ocasiones, tanto en cursos como en procesos de consultoría me han preguntado mi opinión sobre si es bueno abrir un negocio con otras personas o si es mejor emprender en solitario. Y cuando nos referimos a un socio, no estamos hablando de un socio capitalista o un “business angel”, sino a alguien que invierte su dinero, su tiempo y su fuerza de trabajo en el negocio.
Pues bien, ha llegado el momento de desvelar el misterio de mi respuesta ante esta cuestión. En mi opinión, es infinitamente más recomendable emprender en solitario que hacerlo en compañía. Y voy a explicar esta conclusión en base a las razones que he escuchado de emprendedores que abrieron sus negocios con otras personas.

EL DINERO    
En primer lugar, se suele plantear que “abrí mi empresa con un socio porque no tenía el suficiente dinero para hacerlo”. Éste es un error muy habitual y suele ser anticipo de fracasos y discusiones futuras entre los socios. ¿Te hace falta dinero? Pide un crédito a un banco. ¿No te lo conceden? Busca ese dinero entre amigos y familiares. ¿Aún te falta más dinero? Busca un socio capitalista, pero ponle como condición que no puede entrar en la empresa excepto a las reuniones de accionistas. 

Otro error muy habitual que he escuchado es cuando te dicen eso de “es que yo no sabía hacer algunas cosas y me apoyé en un socio que sí que lo sabía hacer”. ¿Éste es tu caso como futuro emprendedor? ¿Necesitas apoyarte en alguien porque tú no sabes hacer todo? Pues fórmate. ¿Que no tienes tiempo para hacerlo? Contrata a alguien que lo sepa hacer que te saldrá más barato y te generará menos quebraderos de cabeza en un futuro. ¿O es que piensas que los emprendedores de éxito sabían hacer todo al principio?

ME DA MIEDO
¿Y qué me dices del “es que me daba miedo intentarlo yo solo y decidí compartir el riesgo de la aventura con alguien más”? ¿Esto es lo que te ocurre a ti? ¿Tienes miedo a emprender, a iniciar una aventura empresarial? Pues primero te diré que eres normal porque todos hemos sentido ese miedo generado por la incertidumbre del qué ocurrirá. Pero créeme cuando te digo que si es esto lo que te sucede, lo más sensato y lo más económico es que contrates a un coach o a un mentor, porque cuando pierdas el miedo en tu devenir laboral será mucho más rápido prescindir de él.
Y claro, quizás en este momento tú podrías decirme de casos de empresas conformadas por varios socios y a los que les va de maravillas. Y te diré que tienes toda la razón. Yo también conozco bastantes casos de éxito, pero sin atreverme a dar un porcentaje, sí que te digo que el número de historias de fracasos supera con creces el de éxito. ¿Y por qué sucede esto?

En la base de la mayoría de los fracasos suele estar la discrepancia en cuanto a la misión, la visión y los valores de la empresa. ¿Realmente todos los socios coinciden en qué productos y servicios quieren ofrecer a los clientes? ¿Y todos los socios tienen la misma visión de futuro con la empresa o se intuyen recorridos diferentes en cada uno de ellos? ¿Y el sistema de valores que se quiere hacer vivir a los trabajadores de la empresa y que se quiere transmitir a los clientes es compartido al 100% por todos los socios?

AGILIDAD
Así que si en este momento estás pensando en abrir un negocio o una empresa a medias con otra persona o con varias personas más, antes de tomar esta decisión, recuerda que hoy en día las empresas que están triunfando son aquéllas que toman decisiones de manera rápida y ágil y que a mayor cantidad de socios más se ralentiza el proceso de decidir. 
Recuerda también que disolver una sociedad empresarial es a veces más costoso económicamente y más duro emocionalmente casi que una separación sentimental, así que tú valora si realmente esa ayuda económica inicial que te puede aportar un socio o ese extra de valor y de coraje que te puede insuflar al principio compensa la cantidad de problemas que pueden devenir en un futuro inmediato.
No sé. Quizás mi padre tuviera razón cuando decía eso de que las medias para las piernas.

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