La bodega, que inició una actividad renovada en el año 2002, apuesta por acentuar su vocación internacional sin olvidar las esencias ourensanas de la Denominación de Origen Monterrei
La elaboración, distribución y comercialización de vinos es una de las actividades económicas más importantes de la provincia. Entre las bodegas que más han crecido en la última década está Crego e Monaguillo, una iniciativa empresarial que ha sabido conjugar la tradición vitivinícola de la comarca de Monterrei con la puesta en marcha de nuevos procesos de producción y distribución.
“La idea surgio en el año 2002, después de años dedicado al mundo de la hostelería, cuando decido encabezar un nuevo proyecto”, destaca Ernesto Rodríguez, gerente de Crego e Monaguillo. “En el año 2003 quitamos 8.000 botellas, pero el momento de mayor crecimiento lo experimentamos a raíz de ser elegidos Mejor Blanco de Galicia en el 2006, algo que marcó un antes y un después en nuestro proyecto”, prosigue Rodríguez.
La bodega destaca por “intentar tener siempre una relación cordial con nuestros viticultores, dado que entendemos que es fundamental mimar nuestro producto desde la viña. Entendemos que de alguna forma ellos también forman parte de Crego e Monaguillo, por lo que tiene que existir un contacto permanente entre nosotros y nuestros viticultores”, resalta el gerente de la empresa.
En cuanto a la producción actual de Crego e Monaguillo, ésta está situada en torno al millón de botellas entre todas las marcas de la bodega. “El 80% están destinadas al mercado nacional y regional, mientras que el 20% restante se vende en el exterior”, resalta Ernesto Rodríguez.
Las novedades e implantación de nuevos métodos de producción son constantes en la empresa. Actualmente están finalizando una ampliación de sus instalaciones en la localidad de A Salgueira con la idea de hacer mas funcional la bodega.
De la misma manera Crego e Monaguillo también está haciendo nuevas plantaciones con variedades autóctonas de la Denominación de Orixe Monterrei que se fueron dejando abandonadas.
Los tintos de Crego e Monaguillo presentan un color rojo granate. En nariz resultan intensos y complejos, mientras que en la boca son sabrosos y frescos, con un excelente equilibrio entre alcohol y acidez. Sus blancos presentan un color amarillo pajizo, y en nariz resultan frescos y agradables, con un excelente equilibrio de cualidades entre alcohol y acidez.
En el proyecto de Crego e Monaguillo Abanca tiene un papel fundamental, ya que “nuestra relación empezó con Caixa Galicia y se mantuvo durante todos estos años trabajando en exclusividad con ellos. En todos nuestros proyectos de ampliación y mejora contamos con su ayuda”, finaliza el gerente de la bodega.
