CON PRIMA DE RIESGO

La deuda del país se sitúa en el 100,5% del PIB, aunque los gobiernos nunca amortizan su principal

cronista

Los economistas gallegos apuestan por la reducción del IVA como medida para impulsar el crecimiento

DEUDA PER CÁPITA
El Banco de España hizo público una deuda imparable situado en el 100,5% del PIB, superando la cifra de 1,1 billones de euros, lo que  por ciudadano equivale a una deuda de 23.900 euros y unos intereses que ascienden a 717 euros anuales. Y en el dato, como todo en la vida, un matiz bueno y otro malo: porque los estados no suelen destinar ingresos no financieros a amortizar su deuda por lo que el principal de su importe no suele pagarse, y cuando se hace necesaria una acción de refinanciación en el caso de que algunos títulos de deuda venzan, se emiten otros nuevos para pagar los anteriores. Y en esas lo mismo da, una deuda pública del 100% del PIB que del 5% o del 200%.  Aunque lo que deberemos afrontar son sus intereses, para que los inversores externos estén dispuestos a refinanciarnos otra vez más. El problema no reside entonces en lo que pagamos hoy, sino en lo que llegaremos a pagar mañana,  y ello porque la mitad del déficit que acumula el Estado es estructural  y supone el 2,5 por ciento del PIB, además de que cabe recordar que el país cerró el ejercicio pasado con un desequilibrio del 5%. Y la falta de gobierno no ayuda para implantar medidas efectivas que frenen su aumento lo cual podría causar al finalizar este ejercicio económico  que volvamos a incumplir el pacto de estabilidad y tengamos que sufrir una nueva amenaza de sanción por parte de Europa que  como poco será en forma de congelación de los fondos de los que disfrutamos.  En positivo, que la deuda española se concentra en valores a medio y largo plazo por lo no resulta tan urgente como podría esperarse mientras se pueda hacer frente a los pagos de su coste en los mercados. 


PAPEL PELOTA
A ver como acercamos similitudes: hace años  en el argot empresarial era habitual escuchar que un empresario le había dado a otro papel pelota. Esos pagarés sin recurso que fueron una forma de financiación  barata para muchas empresas a pesar del fraude que suponía para las entidades financieras que de aquella cobraban su crédito mucho más caro. El mecanismo de financiación era el siguiente: tengo una línea de descuento en un banco por lo que técnicamente me invento algún pagaré para descontar aunque no exista ningún derecho de cobro que lo respalde, con el que obtengo un plazo de tiempo  para conseguir liquidez y recuperar el supuesto compromiso de pago de un supuesto cliente, antes de que llegue su vencimiento.  Aunque en algunos casos,  antes del plazo fijado emito más papel pelota que cubra el importe con el que llenar a marchas forzadas mi línea de descuento con importes cada vez mayores y un margen de maniobra inferior hasta agotarse;  y eso si no me pillan antes. 


LOS CAMINOS PLAUSIBLES
En caso de desbordarse nuestra deuda, el escenario plausible dibuja dos opciones diferentes: dejar que siga creciendo y alcanzar a otros socios europeos como pueda ser Portugal con un 129% de obligaciones  sobre el Producto Interior Bruto, o pagar cerrando el grifo de gasto o incrementando los ingresos públicos. Y sí de reducir gastos ya sabemos como y cuáles son sus efectos sociales en sanidad y en educación; ingresar, tiene varias vías y una de ellas es la fiscal, lo que equivale a más impuestos. Pero también, algo tan simple como recaudar mejor o  aumentar la actividad económica.  Los economistas gallegos en su último barómetro de periodicidad semestral, apuestan con un 48,6% de consenso por la reducción del Impuesto sobre el Valor Añadido como principal medida para impulsar el crecimiento económico. Otros señalan cambios en el impuesto de sociedades y en el IRPF y los menos, una reforma a la baja de los impuestos especiales a la energía. Porque al exponer la desagregación de sus respuestas de acuerdo al área de actividad en el que trabajan, los que  defienden la reducción del IVA pertenecen a los sectores de servicios, industria, banca y seguros, mientras que los profesionales del sector de la consultoría y asesoría y los de la administración pública prefieren tocar el impuesto de sociedades y el IRPF  y los que  trabajan en la construcción registran porcentajes importantes a la hora de valorar los impuestos especiales a la energía como el elemento clave para recuperar nuestro crecimiento.  Y en esta misma línea argumental, puestos a describir un escenario de crecimiento para Galicia, los esfuerzos deberán concentrarse sí o sí, en dinamizar su movimiento demográfico y en mantener el crecimiento de la productividad para ligar el progreso económico al avance de una serie de sectores clave que resuelvan nuestros problemas y estrangulamientos.  Y es que las recetas abarcan siempre una gama de soluciones tan amplia, tanto como el disfrute de un baile de San Vito, ese donde cuanto más mejor;  aunque la evidencia siempre diga que sin oir música, siempre, siempre, se piensa mejor. 

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