ÁGORA ECONÓMICA

Elevado endeudamiento: un problema global

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En el momento que los tipos de interés excedan a las tasas de crecimiento económico, se comprometerá el reembolso de la deuda

Entre los países más endeudados, en términos relativos, destaca Japón e Italia que representan un claro ejemplo de elevado endeudamiento en el ámbito público, con un 236% y 132% respectivamente. Un elevado ratio de deuda que podría llevar la prima de riesgo a una tasa muy elevada si las condiciones financieras se endureciesen ante la aparición de shocks negativos en los mercados, dada la dificultad que tienen algunos Estados para consolidar fiscalmente sus cuentas. 


AL SERVICO DE LA DEUDA


Este ingente volumen de deuda emitida implica, además del enorme reembolso del principal, unos cuantiosos costes relativos al servicio de la deuda, el pago de intereses. La evolución de esta cuantía dependerá de cómo evolucione el tipo de interés en los mercados financieros y este vendrá muy condicionado por la política monetaria que lleven a cabo en los próximos años las principales autoridades monetarias en el mundo, la FED, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón. La política monetaria se establece en función de unos mandatos que han asumido las máximas autoridades, entre los que destacan estimular el crecimiento económico y el control de los precios, siendo este último el más relevante y el que guía gran parte de las acciones en este ámbito de la política económica.

En EEUU, la aceleración que se está produciendo en el crecimiento de los salarios está descontando un escenario asociado a un considerable aumento de la inflación en la economía norteamericana en un breve período de tiempo, esto unido a la política fiscal expansiva planteada por Trump con un claro efecto inflacionario, motivará una estrategia de mayor contracción monetaria y una subida más agresiva de los tipos de interés asociados al dólar. Esto desencadenará un repunte de la rentabilidad de los activos financieros en todo el mundo, encareciéndose la carga financiera a todos los deudores y dificultando, por tanto, el reembolso total de la deuda a sus legítimos acreedores. A esto habría que añadirle el repunte de los costes energéticos, principalmente los que se refieren al petróleo, que están empujando al alza a la inflación y con ella los tipos de interés.

En el momento que los tipos de interés excedan a las tasas de crecimiento económico, esto comprometerá notablemente el reembolso de la totalidad de la deuda, debido a que los aumentos en la producción crecerán en un porcentaje inferior a lo que representen los gastos financieros sobre el saldo vivo de deuda, situación que podría derivar en una total insostenibilidad financiera dada la gran cantidad de deuda emitida hasta la fecha.


RIESGOS AÑADIDOS


Junto al problema de la inflación, subsisten diferentes problemas estructurales que podrían agudizar, aún más, los problemas de volatilidad y de mayores tipos de interés en los mercados financieros globales, como la creciente confrontación comercial entre los principales bloques económicos globales, concretamente entre EEUU y China, pudiendo afectar al crecimiento económico de este último dada la imposición de trabas arancelarias por parte de la economía norteamericana. Esto podría suponer un enorme problema para el país asiático dada la enorme cantidad de deuda que acumula, sobre todo en el ámbito privado -250% del PIB- en base al alto nivel de endeudamiento que acumulan las empresas chinas.

Gran parte de la deuda china se concentra en la banca en la sombra “Shadow Banking”, circunstancia que aumenta la vulnerabilidad financiera del país asiático y que podría derivar en un aterrizaje forzoso por parte de su economía. Esto podría generar un tsunami financiero demoledor desde el sudeste asiático hacia las economías desarrolladas, dada la dificultad del gigante chino para resolver sus problemas financieros teniendo que echar mano de sus reservas monetarias, especialmente de los bonos del tesoro americano, operar en los mercados financieros y acabar de provocar toda una catarsis financiera a nivel global.

Buena parte de la deuda corporativa china está financiada con ahorro doméstico lo que minora el riesgo de refinanciación al no depender del flujo de inversión extranjera. Aún así, la baja productividad de muchas de las empresas financiadas y el elevado stock de viviendas construidas y sin vender en el país asiático, podría derivar en un aumento de los impagos empresariales perjudicando fundamentalmente a los ahorradores chinos, los principales tenedores de deuda de las empresas, y, con ello, a la economía china. 

Mientras se mantenga el crecimiento económico a nivel global, el reembolso de las cargas financieras seguirá fluyendo aunque, en caso de que este minorase y se incrementasen los tipos de interés en los mercados a nivel internacional, esto podría comprometer, sin duda alguna, el pago de la deuda y entrar en una situación de default -impago- generalizado y de masivas reestructuraciones de deuda a nivel mundial, provocando que las condiciones financieras pasasen a ser tremendamente restrictivas.

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