CREANDO MARCA

La Eurorregión debería ser un canal para la inversión exterior en Ourense

La Eurorregión Galicia-Norte de Portugal presenta un espacio de gran potencial para la atracción de proyectos internacionales al conjuntar oferta de espacio físico con beneficios fiscales y oferta de mano de obra especializada y capacitada

La atracción de inversión extranjera está reconocida como un buen termómetro de la capacidad competitiva mundial de una empresa o de un espacio económico. Los datos indican que existe una clara distinción entre norte  y sur, ya  que Galicia  muestra unos modestos datos frente al desarrollo del país vecino.  Portugal sin duda está de moda. El crecimiento portugués deslumbra a los “hombres de negro” de la Comisión Europea por su capacidad de  recuperación.

Eso sí, la suma de ambos territorios puede convertirse  en un referente mundial de desarrollo económico. El país vecino ha afrontado la crisis con una serie de profundas reformas que le han permitido mejorar sus capacidades competitivas a nivel del continente europeo. Estas medidas han definido un espacio económico con capacidad de atracción de  empresas extranjeras.

Portugal está saliendo de la crisis con una receta basada en fomentar  la llegada de empresas mediante suelo barato, pero no solo eso, ya que ha unido una amplia gama de incentivos fiscales de interés económico, y un amplio espectro de medidas de corte  laboral, judicial y  formativo adecuados. 

A ello, el Gobierno ha apostado por un incremento de los sueldos a nivel nacional que aumente el consumo interno. Volumen salarial que ha aumentado por encima de  la media europea. El resultado habla por si solo: Tasas de paro por debajo del 8% y  en tendencia a la reducción, y un país en crecimiento que ya puede financiar a su Estado sin depender de ayudas externas.     

Parte de este éxito procede de la capacidad del gobierno de incidir en la mejora de la inversión empresarial y de la capacidad de atracción de nuevas empresas de corte internacional. 

Como ejemplos de gran nivel podemos destacar Embraer, con la fabricación de piezas para aviones, o marcas de referencia en el sector de la automoción como Bosch o Faurecia.  Pero, además, el potencial portugués alcanza a sectores como la minería de nuevos materiales o el desarrollo del sector logístico, con la presencia  de grandes operadores como el caso de Raynair. 

También debemos sumar nuevos proyectos en cartera que el gobierno portugués cuantifica en más de 1.000 millones de euros. Como ejemplo hay que destacar la carrera por conseguir la nueva macrofabrica de Tesla para Europa, donde el gobierno vecino ha apostado de forma decidida por su consecución.

La provincia debería aprovechar sus capacidades para mejorar la entrada de capital exterior

Este “milagro” suma más de 1.000 millones en 2017 en una combinación de esfuerzos públicos y privados. Esta receta es una oportunidad para Galicia ya que el importe recibido en el último año del mercado inversor mundial, 206 millones, sigue representando una minúscula cifra de 0,5% del total que recibe España. 

En 2017, las operaciones de inversión en Galicia se centran en Vigo, donde tanto el grupo Geriatros y como Cimpor han recibido inversiones desde sus grupos matrices en Francia y Portugal, respectivamente, por valor conjunto cercano a los 183. 

España en su conjunto ha recibido un volumen de 36.122 millones de euros, que supone un aumento del 0,7 % respecto al año anterior (33.096 millones de euros brutos recibidos en 2016), la cifra más alta desde el año 2008, según los datos del Registro de Inversiones Extranjeras (RIE) de la Secretaría de Estado de Comercio.


LOS RETOS


Por tanto, para Galicia, la atracción de inversión todavía es una asignatura pendiente, frente a regiones como Madrid, con 14.521 millones (61,1% del total  y aumento del 24,7%); Cataluña, con 3.093 millones (13% del total y un descenso del 39,8%), y País Vasco, con 2.616 millones (11% del total y un aumento del 70,8%) concentran el 85,1% de la inversión productiva.

En un mundo globalizado y donde los costes de logística tienden a reducirse, la cornisa atlántica se puede convertir en un punto de atracción  inversiones en un continente, Europa, donde los principales países y zonas industriales dan muestra de saturación demográfica e industrial.  

Eso sí, estamos hablando de un mercado de nivel mundial con una fuerte competencia donde una gran cantidad de regiones y países “luchan” por atraer esas inversiones mundiales. En la parte gallega, la Xunta ha movido ficha con la reciente aprobación de la Ley de Implantación Empresarial, que busca favorecer la inversión, la creación de empresas, y la fijación de tejido industrial en  la comunidad, con la reducción de la burocracia, una mayor agilidad administrativa e incentivos fiscales y financieros. A la vez se facilita la respuesta para crear suelo industrial cuando sea necesario. 

La fortaleza de la Eurorregión queda constatada en los datos conjuntos de ambos lados de la frontera, como disponer de cuatro aeropuertos, dos puertos internacionales, o más de seis millones y medio de posibles consumidores; con un tejido en proceso de recuperación y con capacidad de innovar. A ello debemos sumar las seis universidades como capacitadores de empleo y de I+D.

A la vista de las cifras, tanto Galicia en general, como Ourense en particular,  muestran una posición donde se debe actuar de forma coordinada público-privada con la Eurorregión, para competir en un mundo global.

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