CON PRIMA DE RIESGO

Los fondos europeos como un arma clave para el desarrollo económico

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Galicia es una gran beneficiaria de las políticas de cohesión europeas

Recientemente nuestro “querido” Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, precisamente el órgano encargado de asegurar la estrecha coordinación entre las políticas económicas de los Estados miembros de la zona del euro, afirmaba que los “países del sur de la UE gastan el dinero en alcohol y mujeres”. Para más coordenadas, el susodicho, es ministro holandés de economía del partido socialdemócrata (PvdA), socios minoritarios en la actual coalición de gobierno. Quizá su ira venga de la enorme derrota que su partido ha sufrido en las últimas elecciones pasando de 38 a 10 representantes en el Parlamento, lo que provoca su inminente “despido” como ministro del ramo y por tanto como “jefe” del Eurogrupo, con muchas papeletas de que le sustituya un ministro de los países del sur.  La verdad es que detrás de estas palabras subyace el problema histórico de la solidaridad europea y como debe ser entendida. Si se entiende desde la eficacia meridiana del norte o quizá con la visión más prosaica del sur. 

Acudamos a los datos para discernir este asunto. Según la página de transparencia de la Comisión Europea, en el año 2015, último publicado, el gasto total de la UE en España alcanzó la cifra de 13.696 millones de euros, lo que ha representado el 1,27% del total de la Renta Nacional Bruta. Dato que muestra un incremento desde los más de 11.000 millones del año 2014. Frente a ello, España, en el año 2015, contribuyó con 8.772 millones de euros al presupuesto del conjunto de la Unión, cifra equivalente al 0,81% de la renta Nacional Bruta. Es decir, que después de liquidar nuestras deudas con Europa nos queda un superávit de 4.527,4 millones de euros frente a casos como Holanda donde las cifras para el mismo año son de un déficit de 3.695,2 millones de euros. De los datos se desprende que Alemania es el gran pagador europeo de todas las grandes políticas, con una aportación neta superior a los 13.000 millones de euros. Por tanto, si es cierto que los países del norte son los solidarios netos de la unión, y ya saben que quién pone el dinero tiene derecho a poner las reglas y a exigir su cumplimiento.

CÓMO GESTIONAMOS LOS FONDOS 

La duda, llegado este punto, es si es verdad que somos malos gestores de fondos europeos. A simple vista parece que no. La política regional comunitaria o política de cohesión nace para actuar en la reducción de las disparidades de desarrollo entre las regiones de la Unión Europea. El objetivo principal es por tanto combatir las diferencias entre territorios en materias económicas, sociales o sobre todo a través de los llamados Fondos Estructurales. Se puede decir claramente que la España y Galicia de los años ochenta poco o nada tiene que ver con la España y la Galicia actuales. El uso de los fondos ha permitido el incremento en Galicia de un mayor nivel de renta per cápita por habitante y un desarrollo general de la economía y de las infraestructuras públicas. Solo debemos recordar cómo estaban nuestras carreteras y qué infraestructuras disfrutamos actualmente. Pero la duda surge en el día a día de la gestión. Analizando los datos del periodo 2007- 2013 donde Galicia se encuentra en el espacio de objetivo convergencia, objetivo que prioriza la convergencia de las regiones menos desarrolladas, creando condiciones más favorables para el crecimiento y el empleo mediante el aumento de la inversión en capital físico y humano, y la mejora de su calidad, el desarrollo de la innovación y de la sociedad del conocimiento, la adaptabilidad a los cambios económicos y sociales, la protección y mejora del medio ambiente y la eficiencia administrativa. Los importes recibidos en Galicia en dicho periodo alcanza la cifra de 3.947,06 millones de euros (60% con origen FEDER) ocupando el segundo lugar, pero lejos de los 11.005,96 millones de euros asignados a Andalucía. Con este presupuesto se han ejecutado 706 proyectos de beneficiarios principales. Por lo tanto, a pesar de ciertos errores de bulto en la definición de proyectos concretos, de los que todos conocemos ejemplos, la visión general es que los fondos se usan para el desarrollo humano y del territorio como tiene que ser. Y así esperemos que continúe en el futuro ya que Europa mantiene su solidaridad para el periodo 2014-2020 con Galicia a la que le ha asignado un importe de 1.023.954 millones de euros. Que servirán para modernizar los grandes centros de asistencia sanitaria de Galicia, o la ampliación y mejora de las infraestructuras generales, así como para la puesta en marcha de políticas sociales. Un dato comparativo, el presupuesto global de Galicia es para el 2017, de 9.063 millones de euros. Por lo tanto el importe europeo es importante, pero a la vez relativo del conjunto del territorio. Un dato anecdótico, los distintos consejos de cuentas que auditan los gastos de fondos europeos no han encontrado desviaciones por gastos ilegibles en “mujeres o alcohol”. 

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