ENTREVISTA

“Empresas y Universidad deben entenderse”

Posee una trayectoria profesional, y también vital, que le ha permitido con una versatilidad asombrosa dar el cambio de un pasado  científico a otro empresarial; en la actualidad ejerce como gestor de innovación. 

Con formación académica en el campo de la salud ha desarrollado su actividad profesional en el ámbito tecnológico y de  I+D+i,  planificando y dirigiendo las estrategias que permiten a las empresas convertir la innovación en un factor clave de su competitividad
 

Posee doctorado en farmacia y grado en físicas por lo que lo natural hubiese sido la investigación en el ámbito universitario; pero su trayectoria profesional ha estado marcada por la tecnología y el mundo de la empresa. ¿Cómo se produce ese salto?

Digamos que fue una derivada natural, a veces las cosas pasan porque han de pasar. En el año 92 estaba acabando de hacer mi tesis doctoral y a través de la Xunta me ofrecieron una beca de estancia en Barcelona, donde poder probar una tecnología por entonces muy innovadora:  la modelización y el estudio de nuevos componentes farmacológicos, ya no en forma de los típicos procedimientos biológicos o de screening farmacológico, sino asistida por ordenador. Estuve en el Hospital del Mar donde tomé contacto con lo que es la informática avanzada, en este caso en el estudio de nuevos fármacos. Quizá fue ahí donde me enamoré de la tecnología, de las posibilidades que ofrecía, en ese momento muy incipientes. A mi vuelta a Santiago de Compostela profundicé en ese ámbito. De hecho mi tesis doctoral aunque tiene una parte de farmacología o de screening biológico es casi al 100% una tesis basada en el diseño de nuevos antipsicóticos, de nuevas síntesis a través de sistema informáticos. 

En la actualidad desarrolla proyectos como gestor de innovación para la Universidad de Vigo, ¿cuáles son los retos?

La gestión de la innovación es una línea transversal dentro de la Universidad a la que nos hemos incorporado diferentes perfiles que en general provenimos de la empresa privada. La Universidad de Vigo está dentro de los niveles normales de retorno de proyectos, que suele ser en torno a un l0%, con el objetivo de potenciar las capacidades existentes con el fin de orientar los propios proyectos hacia lo que Europa pretende, persigue y propone en el Horizonte 2020. Hasta la fecha Europa ha financiado a nivel de I+D  investigación básica en proyectos que han dado buenos resultados, aunque algunos no se hayan transferido a la sociedad. Y aunque la investigación base es fundamental para generar conocimiento,  tenemos que potenciar la investigación aplicada y dirigida a los grandes retos que ahora se plantea Europa.  Y ahí es preciso  avanzar un poco más, apoyando que los grupos de investigación persigan un fin de utilidad, porque si no parte del trabajo se queda en un cajón. La universidad y la empresa son dos mundos llamados a entenderse pero que no van por la misma vía ni llevan la misma velocidad, y en ello estamos. 

Usted es un exponente de esa conexión entre la investigación y la empresa a través de la firma Imaxdi Real Innovation ¿qué balance hace de ello? 

Imaxdi fue un proyecto muy ilusionante que iniciamos en el año 2008 tres personas que entendimos de manera anticipativa lo que era la revolución de los smartphone cuando en esos años aún no se vislumbraba, y que uno de sus ámbitos de uso sería la sanidad. Nos embarcamos en una aventura muy de startup para desarrollar un producto en el ámbito de la cardiología, contando con la Fundación Biomédica de la zona sur y el  Hospital de Meixoeiro. Una aplicación que supuso un esfuerzo intenso en I+D para conseguir un producto muy innovador y que resolvía una necesidad, contando con financiación pública. Pero como le decía,  el mundo de la empresa tiene sus propios tiempos y a nosotros nos cogió por el medio uno de los momentos más duros de la crisis, justo  en la fase de comercialización de nuestro producto, por lo que, pese a ser un proyecto interesante, creo que de frontera, no fue capaz de conseguir la cantidad necesaria  de financiación pública o privada para aterrizar todo su desarrollo en una fase comercial. 

¿En qué proyectos trabaja en la actualidad? 

Tenemos numerosas  capacidades en conocimiento y creo que no hace falta decir que en Galicia hay caminos. En la actualidad mi atención está centrada en dos proyectos en el ámbito de la acuicultura y smart water. Galicia es una potencia mundial en el ámbito de la acuicultura y  si unos años atrás se realizó un gran esfuerzo inversor en mejorar los ciclos productivos asociados al crecimiento de las propias especies, todavía no se han adoptado sistemas de producción asociados a la parte industrial. Y tenemos  una empresa única en sistemas inteligentes de alimentación con propiedad intelectual desarrollada aquí. La apoyamos para la materialización de todas sus investigaciones en el ámbito industrial. Pero también estamos trabajando con firmas que pretenden dar una visión holística al ciclo integral del agua, con el control, por ejemplo, de determinados contaminantes emergentes como son los  metabolitos de medicamentos y conseguir que las aguas vuelvan con la mejor calidad posible, lo que se llama smart water. 

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