Jorge Cuntín preside el Grupo Método, que apuesta por la formación. El propio Servicio Público de Empleo o gran parte de las comunidades autónomas son sus partners
Jorge Cuntín preside el Grupo Método, que apuesta por la formación. El propio Servicio Público de Empleo o gran parte de las comunidades autónomas son sus partners. En un momento en el que la actividad se recupera la formación de recursos humanos es imprescindible, sobre todo su conexión con las necesidades que tienen las empresas. Dentro del campo de la formación, también tutelan e impulsan proyectos empresariales de los emprendedores.
¿En qué proyectos están trabajando?
Sobre todo trabajamos con el Servicio Público de Empleo Estatal en proyectos de formación para trabajadores. Abarcamos los principales sectores productivos, con acciones requeridas por el mercado laboral, con especialidades muy actualizadas. Estamos trabajando en hostelería, agricultura, comercio, grandes almacenes, consultoría, seguridad, etcétera. Abarcamos 35 sectores productivos y tenemos otra línea de formación de ocupados y desocupados por comunidades autónomas. Estamos trabajando en Valencia, en Murcia, Extremadura, Galicia, en Madrid y Castilla La Mancha.
Se está planteando un debate sobre si la formación que se imparte es la que verdaderamente esperan las empresas. ¿Qué opina?
Normalmente, lo que es la formación para el empleo es diferente a la formación reglada, que era que los cursos de formación se adaptaban de forma instantánea a los requerimientos de las empresas y del mercado laboral. En estos momentos el Ministerio maneja una serie de estudios sectoriales que actualizan las necesidades de formación y los contenidos que mandan las empresas, pero tienen un problema que es que al cambiar los contenidos de formación cada tres años el mercado laboral evoluciona muy rápidamente y llega un momento en el que se queda obsoleto. Ese tipo de rigideces que se le marcan a los contenidos de formación para el empleo lo que puede conseguir es el efecto contrario. Por un lado unificas los contenidos pero los que necesita una empresa en Ourense o en Cataluña posiblemente no tengan nada que ver, aunque se trate de la misma acción formativa.
¿Y no hay déficits importantes en la formación para desempleados?
Sin duda. Yo creo que el problema fundamental es que los centros de formación estamos trabajando con módulos de formación de ocho euros alumno y hora. Por ejemplo, en Vigo, que hacen falta muchos soldadores, con esas tarifas escapamos de ese tipo de cursos, aunque sabemos que son fundamentales en los sectores productivos de la zona y que es lo que está demandando el mercado laboral. Lo que pasa es que el módulo de pago está tan bajo que las empresas de formación tiran hacia otros sectores, por eso urge una actualización de las tarifas. Otro asunto: estamos trabajando formación para desempleados por medio de subvenciones y creo que eso era adecuado para los agentes sociales cuando las fundaciones eran ONG pero cuando somos empresa con plantillas grandes, lo que no podemos hacer son grandes inversiones porque tenemos una inseguridad total de la producción que puedas tener. Todo esto hace que sea urgente una estructuración más definida de la formación.
¿Hacia dónde quieren orientar las actividades en Método?
Estamos trabajando la formación para el empleo, la línea de proyectos con la Unión Europea como el Erasmus, asuntos de emprendimiento, generación de empresas, etcétera. Uno de estos proyectos lo desarrollamos con rumanos que están en España, a los que damos cursos para emprender y con el gobierno rumano estamos dándole una subvención de 40.000 euros a cada uno de los que regresen a su propio país. Les hacemos el asesoramiento y el acompañamiento en la generación de empresa, su plan de marketing, de negocio. Es una estrategia del gobierno rumano para que los emigrantes retornen y aprovechen allí el conocimiento que han adquirido en España. En Panamá tenemos una universidad nueva que estamos potenciando y que es la Galician Open University, que es privada y cuyo modelo queremos replicarlo en Colombia y en México.
¿Cómo ve el emprendimiento en Galicia?
Galicia siempre ha sido un país de emprendedores. Los jóvenes, debido a que aquí la industria no ha sido muy potente, se han buscado siempre la vida y creo que en estos momentos tenemos la gran oportunidad con la ayuda de la Xunta de retomar algunas iniciativas. Alguna de ellas promueven la vuelta al rural y hay otras muchas actividades interesantes porque en estos momentos Galicia como marca vende. Es un activo que tenemos que potenciar, que desarrollar, porque materia hay en la juventud gallega. Lo que hace falta es un poco más de apoyo. Es cierto que el Igape tiene políticas para este tipo de actividades, también sería necesario otros planteamientos un poco más decididos.
¿Seremos capaces en Galicia de retener el talento?
Es complicado. En países como Rumanía están reteniendo el talento que tienen dentro y recuperando el que se fue. Aquí mientras no haya un desarrollo mayor de algunos sectores productivos será complicado. Hay gremios y actividades importantes y si somos capaces de redireccionar el talento hacia eso se puede hacer, pero mientras formemos a los jóvenes en actividades que no tengan reflejo en nuestro tejido productivo será complicado.
