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La madera, la hucha del medio rural

Bosque de pinos y aserradero para suplemento Euro
12-12-14

En Galicia se contabilizan más de dos millones de hectáreas de superficie forestal, de las que 575.000 están en Ourense, una cifra solo superada por Lugo

En Galicia se contabilizan más de dos millones de hectáreas de superficie forestal, de las que 575.000 están en Ourense, una cifra solo superada por Lugo. Sin embargo, el sector no es puntero en la provincia, pese a tener condiciones para ello. El minifundismo, tan ligado a la distribución de la tierra en el sector primario ourensano, amenaza con convertir la explotación de los recursos forestales en algo inviable. Los esfuerzos para invertir esa deriva van en darle valor al monte y en hacer un llamamiento a la concentración de parcelas.

La explotación forestal requiere una profunda transformación, sobre todo en la mentalidad del sector. En Galicia en general y en Ourense en particular se echa en falta un cambio estructural profundo para darle valor al monte, comenzando por su excesiva parcelación. Abandono, despoblación o problemas de rentabilidad son solo alguno de los males que aquejan a una actividad que debería de colocar a la provincia como punta de lanza y, sin embargo, la condena a la falta de expectativas. Pero hay oportunidades, aunque no están para prisas. De las 575.264 hectáreas de superficie forestal en Ourense, 309.828 son de monte arbolado y 265.435 son de monte desarbolado. Son los datos que obran en poder de la Confederación de Empresarios la Madera de Galicia (Confemadera), que advierte que "el monte gallego envejece y su estado de salud es cada vez peor".

Las perspectivas a medio plazo no son nada halagüeñas y así lo reconoce el presidente de Confemadera Galicia, el ourensano Elier Ojea. ¿Cual es el principal problema que aqueja al sector? Él lo tiene claro: "El principal problema es el minifundismo y una de las soluciones es la concentración de propiedades, pero para eso hay que convencer a los propietarios, y no es fácil". Mientras, el monte se desangra por el abandono y los incendios forestales, perdiéndose con ello no solo una parte de nuestro medio ambiente, sino también eliminando una posibilidad de rentabilizar los espacios naturales. Ojea recuerda que el pasado año 70.000 familias gallegas tuvieron ingresos por la corta de madera, lo que supone un 29% más que en el 2012. El presidente de los empresarios del sector recuerda que "la venta de la madera puede ser el banco o la caja de ahorros de muchas familias, como lo fue antiguamente, que cuando era necesario se vendía la madera para obtener unos ingresos".

Esa circunstancia, infrecuente en Ourense, sí se da en zonas como el norte de Lugo. Durante el 2013 el 9% de las familias gallegas obtuvieron una renta por la venta de madera, con lo que pudieron haber ingresado unos 280 millones de euros. Por lo que respecta al volumen de madera talada el pasado año, asciende a 7,8 millones de metros cúbicos, una cifra muy similar a la del año anterior, con 7,5 millones de metros cúbicos.

La crisis también ha diezmado el censo de las empresas del sector, particularmente aquejadas por el parón de la construcción y aquellas que se dedican a la rehabilitación tampoco han tenido una gran demanda. Ojea destaca que "en estos últimos años se ha producido la pérdida de muchas empresas, sobre todo de las que se dedican a la primera transformación".

CIFRAS AL ALZA

Pese a ese contexto negativo, hay margen para la esperanza. La facturación conjunta de la primera transformación de la madera (rematantes, aserraderos, tablero y pasta) sumó en el 2013 casi 1.300 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 5,7% en comparación con el año 2012, según Confemadera Galicia. La patronal dice que el crecimiento en la facturación se ha trasladado a los diferentes sectores de actividad. Por ejemplo, los rematantes gallegos cerraron el 2013 con un volumen de negocio de 392 millones de euros, con un crecimiento de 18 millones con respecto al ejercicio anterior. En el caso de los aserraderos, la facturación llegó a 254 millones de euros, con un crecimiento de 34 millones sobre el año precedente. Por último, la industria del tablero y pasta facturaron 653 millones de euros, con un incremento de 18 millones.

La evolución es por lo tanto positiva en muchos sectores de actividad, pero es importante la unidad para apuntalar este crecimiento. Así lo percibe Elier Ojea, quien por cierto hace un especial llamamiento a los que intervienen en él desde la provincia de Ourense: "Es importante la unidad de todos los productores, que se hagan parcelas más grandes para que las explotaciones sean más rentables". Con insistencia se refiere a la necesidad de reformular la dimensión de la propiedad como una de las herramientas para modernizar la explotación de los recursos forestales. "Donde hay un monte al que se le da valor, hay ingresos, y la gente lo sabe, pero es necesario un cambio de mentalidad", señala el presidente de Confemadera Galicia.

Y es que muchos concellos de la provincia podrían tener más protagonismo que el actual. El Instituto Galego de Estatística (IGE) destaca en el estudio "Análise da cadena de forestal madeira de Galicia" el papel relevante de la industria de la madera en las economías locales y el sector representa el 30% de las industrias asentadas en 52 concellos de entornos rurales. Además, destaca que representa más del 50% del empleo industrial en concellos de interior, entre los que están los ourensanos de Coles, Piñor, Pontedeva, Quintela de Leirado o Sarreaus.

El IGE también hace notar que el sector de la madera y el sector forestal en su conjunto, es estratégico para Galicia y que "el peso de esta industria es superior al de la pesca extractiva, al del sector textil y confección o al de la transformación de la pesca. En comparación con otros sectores industriales, el peso del sector forestal y transformador de la madera en la economía gallega se incrementa hasta el 9,9% del valor añadido industrial y el 12,$% del empleo industrial.

Es decir, las actividades relacionadas con la explotación forestal tienen un recorrido importante, aunque el camino es largo en el caso de Ourense. Elier Ojea, presidente de Confemadera Galicia, es optimista pero no iluso, de ahí que reconozca que el camino que hay que acometer es arduo, al tiempo que urgente. Otras zonas con menos recursos han hecho del monte una actividad solvente y rentable. Si se suman los recursos y la tecnología puede haber un futuro halagüeño en Ourense, siempre y cuando se modifique la propiedad de la tierra.

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