La empresa ourensana Londinel traza un plan para vender fuera el 30% de su producción
Eduardo Cid Fernández capitanea una pyme ourensana que quiere fortalecer su presencia en los mercados exteriores, hasta el momento testimonial, con menos de un 10% de su producción. En el plazo de cinco años la previsión es que la exportación acapare un 30% de las más de dos millones de botellas de licores y aguardientes que elabora y comercializa la sociedad Londinel, alma gemela de Bodegas Pazo de Aguiar. “Hay que ser ambiciosos, luego ya la realidad del mercado nos dirá el camino que debemos seguir”, indica el propietario de la firma cuando alude al plan de exportación que quiere impulsar este año.
Los países objetivo serán sobre todo los europeos para complementar el “plan piloto” que la empresa ha puesto en marcha con pequeños envíos a países como Alemania, Francia, Italia o Países Bajos. Reconoce Eduardo Cid que la apertura de nuevos mercados “no es fácil” porque se necesita el conocimiento del producto “y acertar con los socios o los distribuidores” en los mercados de destino. Y es que productos como el licor de café o alguno de los aguardientes no se conocen en la mayoría de los países objetivo.
Forma parte del proceso de crecimiento natural de una empresa que nació en el año 2001, que tuvo sus primeras instalaciones en el polígono comercial e industrial de Barreiros, pero que ya en el 2008 pasó a ocupar las modernas instalaciones en el parque empresarial de Pereiro de Aguiar, también en Ourense. En su declaración de principios la mercantil ourensana alude a que “una de las máximas de Bodegas Pazo de Aguiar es la innovación y creación de nuevos licores basados en los siguientes principios fundamentales: la seguridad alimentaria, calidad, trazabilidad y respeto por el medio ambiente”.
En el catálogo de productos, “además de los clásicos aguardiente de orujo, bebida espirituosa tostada, licor de hierbas, licor de miel y licor café, hemos sido pioneros en la elaboración del licor de castañas y la queimada, sin olvidar nuestra afamada crema de orujo”, dice la empresa, que recuerda otras creaciones recientes son la crema de café, la crema de plátano o la crema de tarta de almendras.
ENTORNO FAVORABLE
Bodegas Pazo de Aguiar, como todas las empresas, comienza a dejar atrás una crisis que ha adelgazado su cuenta de resultados, aunque ahora vislumbra tiempos mejores. Reconoce Eduardo Cid que “la crisis nos ha afectado a todos y desde el 2008 se ha notado mucho en la facturación”.
Ahora, sin embargo, “se está recuperando la cifra de negocio, pero no así los beneficios, que siguen siendo pequeños, ajustados, porque los crecimientos de dos dígitos son historia”, según subraya el gerente de la compañía.
En este primer trimestre del 2017 el representante de la empresa aprecia todavía muchas oscilaciones, “es como una montaña, hay días en los que tienes mucha actividad, pero en otros parece que todo se ralentiza”. La mayor parte de las ventas de Bodegas Pazo de Aguiar se produce a las grandes cadenas de supermercados ya no solo gallegas sino del resto de España. Eso supone mucha tranquilidad porque los contratos con las grandes distribuidoras suponen tener colocada gran parte de la producción, pero el camino no ha sido fácil. Eduardo Cid recuerda ahora que “la negociación con las grandes cadenas ha sido dura y larga y se requiere mucha paciencia y tenacidad”, pero también reconoce que estar en los lineales de esos supermercados “es un escaparate maravilloso”.
La importancia de haber llegado a acuerdos con las grandes enseñas de la distribución permite garantizar con una misma gestión de envíos masivos a las diferentes tiendas repartidas por varias provincias. Por otra parte, los contratos que Bodegas Pazo de Aguiar ha firmado con estas enseñas permite ya no solo la venta de sus propias marcas en los supermercados, sino también elaborar marcas blancas para una parte de las citadas cadenas.
