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La necesaria reconversión de las políticas activas de empleo

Abstract Image of Business People Walking on the Street

Esta semana se celebró el Encuentro Internacional Cambio laboral y políticas inclusivas organizado por el Departamento de Derecho Laboral y de la Seguridad Social de la Universidad de Valencia

A pesar de su importancia en las políticas laborales, el funcionamiento actual de las Políticas activas de empleo (PAE) presenta dos limitaciones muy importantes. En primer lugar, su menor relevancia cuantitativa. En segundo lugar, la necesidad de apostar por un rediseño en profundidad. Para ello, sería recomendable, abordar una serie de actuaciones en materia de formación, empleo y coordinación, que permitiese su reconversión.

ÉXITO ACADÉMICO Y COMPETENCIAS
Empezando con el primero de los bloques es necesario potenciar el éxito académico, mejorar las competencias de los trabajadores y facilitar el acceso a la formación a los colectivos con graves problemas de inserción laboral. Veamos las notas más destacables. 

Potenciar el éxito académico. Es necesario que desde las PAE se incremente la inversión en educación; en España, un 44,7% de los hombres (40,4% de las mujeres) solo tiene un nivel formativo de primera etapa de educación secundaria o inferior, lo que se traduce en una importante rémora para conseguir o mantener un empleo. Asimismo, es necesario fortalecer los programas educativos compensatorios para reducir las elevadas tasas de abandono escolar de los jóvenes. Finalmente, hay que apostar por una mayor flexibilidad del currículo, evitando comportamientos estancos en educación y, al mismo tiempo, retrasar las decisiones sobre posibles itinerarios en enseñanza secundaria, tal y como viene señalando la OCDE en sus informes PISA. 

Mejorar las competencias de los trabajadores y conseguir su adecuación al mercado laboral. Es necesario que la educación y formación estén más vinculadas a las necesidades del mercado de trabajo. Además, hay que mejorar la orientación profesional de los jóvenes y los trabajadores desempleados, dos de los colectivos más necesitados de las PAE. Finalmente, hay que implantar un sistema de evaluación de la calidad de la formación para el empleo y de las necesidades formativas por sectores y territorios, siguiendo el ejemplo alemán, que tan buenos resultados está dando.  

Facilitar el acceso a la formación de colectivos con graves problemas de inserción laboral. Habría que potenciar la participación de las mujeres y los mayores de 45 años en los procesos de formación a lo largo de la vida. Asimismo, habría que facilitar el acceso a la formación de la población inmigrante, que sigue presentando graves problemas de integración laboral. Finalmente, habría que potenciar la formación de los parados de larga duración hacia las enseñanzas profesionales de grado medio y superior y/o a los programas universitarios de mayores, dos opciones que están funcionando muy bien, como sucede con la oferta formativa de extensión universitaria de la Universidad de Vigo. 

Mejorar los mecanismos de orientación laboral. Sería necesario potenciar la incorporación a la formación profesional de jóvenes que han abandonado el sistema educativo, en especial de los ni-nis. Además, se debería prestar una especial atención a la formación del personal en los servicios de intermediación laboral de naturaleza pública. Finalmente, es necesario seguir apostando por itinerarios individuales y personalizados de inserción para los desempleados, evitando procedimientos estándar, que tienen un éxito muy reducido. 

INDICADORES POR EDAD Y ACTIVIDAD EMPRENDEDORA
El segundo bloque de medidas de reforma de las políticas activas de empleo se centra en el empleo, por medio de las siguientes recomendaciones: mejorar los indicadores de empleo de los jóvenes y trabajadores de más edad y fomentar la actividad emprendedora. Analicemos las notas más destacables.

Mejorar los indicadores de empleo de los jóvenes. Sería necesario potenciar la formación inicial de los jóvenes, mejorando la calidad de la enseñanza y apostando por una mayor aplicación práctica de los conocimientos adquiridos, tal y como reiteradamente se viene señalando desde los informes PISA. También habría que continuar con el fomento de la contratación de jóvenes hasta 30 años. 

Potenciar el empleo de las personas de más edad. Sería necesario introducir incentivos al trabajo.

Paralelamente, se tendría que potenciar adecuadamente la jubilación “progresiva”, estableciendo un período de transición entre el empleo y el retiro. Finalmente, se deberían introducir incentivos en la fórmula de cálculo de las pensiones para fomentar el trabajo durante más tiempo, tal y como ha señalado la OCDE. 

Fomentar la actividad emprendedora. Habría que seguir reduciendo los trámites administrativos para la creación de empresas en España, que siguen siendo muy elevados desde la óptica comparada, lo que penaliza el emprendimiento, tal y como se viene señalando desde los informes GEM. Además, hay que apoyar de forma más decidida por la creación de micro empresas y PYMEs, que son las entidades que generan más empleo. Finalmente, sería necesario apostar por una mayor participación del sector público en las empresas de base tecnológica (EBTs), spin-off universitarias y start-up. 

Finalmente, y en relación al último bloque de medidas, centradas en la cooperación, es preciso mejorar el funcionamiento de los servicios públicos de empleo y articular mecanismos de coordinación entre las PAE y políticas pasivas. Veamos estas medidas.

Mejorar el funcionamiento de los servicios públicos de empleo. Es necesario reformular su funcionamiento en el campo de la intermediación laboral, para hacerlo más acorde a la nueva realidad laboral. Además, es necesario realizar un estudio pormenorizado de los colectivos con más dificultades de contratación, al ser los más vulnerables. Finalmente, es necesario un mayor fortalecimiento de la intermediación laboral. En 2015, y a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA) se comprueba cómo solo el 1,7% de los asalariados (249.900 personas) consiguieron un empleo gracias a los SSPE (en 2014 el porcentaje fue del 2%). Por lo tanto, la capacidad de intermediación laboral de naturaleza pública es muy limitado. Sin duda, hacen falta más recursos y dotaciones, tanto personales como materiales para que el sistema de ajuste entre la demanda y oferta de trabajo realmente funciones como venía haciendo hace algunos años.

Articular mecanismos de coordinación entre las políticas activas y pasivas de empleo. Hay que mejorar las oportunidades de recolocación de los desempleados a través de la formación. Además, habría que conseguir una cobertura por desempleo que faciliten la transición desde el paro al empleo. También habría que establecer una mejora en la fiscalidad de las rentas del trabajo, evitando la “trampa de la pobreza”.
Finalmente, habría que impulsar la cooperación en la gestión de las PAE por parte de todos los agentes involucrados, para lograr una mejor y mayor coordinación de las actuaciones. 

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