La nueva economía y los cambios en las formas de trabajo

Concept of doubt for the right destination

Mucho se está hablando sobre la “Nueva Economía” y sus implicaciones sobre el sistema actual de relaciones laborales. Cada vez es más corriente la referencia a la Economía 4.0 y la desregulación laboral. Tan sólo es necesario comprobar qué está pasando con el servicio de transporte de pasajeros en las grandes ciudades y la creciente oferta de alternativas al taxi.

A pesar de que pueda parecer que es algo nuevo, la verdad es que operadores virtuales de transporte de pasajeros mediante licencias VTC (alquiler de vehículos con conductor) llevan operando en España desde hace muchos años. Y esto es solo una pequeña muestra de que las relaciones laborales como las conocemos en estos momentos están cambiando a marchas forzadas. Para algunos economistas esto responde a una nueva revolución industrial, donde la mecanización de ciertas tareas y una mayor competencia por el cliente están generando importantes tensiones en el mercado laboral. Veamos algunos ejemplos.

EL FALSO AUTÓNOMO

En primer lugar estaría el denominado “falso autónomo”, una figura basada en la contratación de trabajadores bajo el régimen de autónomo, pero a través de un contrato mercantil. Esta figura realmente opera como un trabajador por cuenta ajena, eso sí, sin los derechos laborales que tiene un trabajador contratado y que, además, debe pagar de su bolsillo las cuotas a la Seguridad Social. Este tipo de autónomo, cada vez está proliferando más, sobre todo desde la última crisis económica, surgiendo como alternativa para la reducción de costes de las empresas. 

A lo anterior hay que añadir que este tipo de autónomos no tienen derecho a vacaciones remuneradas, ni indemnización por despido y que lo que ingresa por su trabajo depende de los objetivos conseguidos. Tampoco tiene derecho a pagas extras ni a ningún tipo de permiso retribuido,  y todo esto a pesar de encontrarse supeditados a las indicaciones y horarios que establece la parte contratante. Por desgracia, este tipo de relaciones contractuales son el pan de cada día para muchos trabajadores.

Este tipo de contratos y situaciones son muy frecuentes en actividades relacionadas con el transporte o la prestación de servicios de profesiones liberales. Sin duda, la corriente neo liberalizadora de prestación de servicios que está recorriendo la Unión Europea y la OCDE es, al menos en parte, responsable de esta situación.

TECNOLOGÍA EN LAS COMPRAS

En segundo lugar hay que considerar la influencia de la tecnología en materia de compras. Se habla mucho de que las nuevas tecnologías van a generar nuevos empleos en nichos de mercado poco conocidos hasta el momento. Hasta aquí buenas noticias, pero falta señalar la otra cara de la moneda: los empleos que se van a amortizar, sobre todo por su desaparición o la reducción de efectivos laborales en los próximos años. 

Seguro que todos hemos comprado alguna vez a través de un gran plataforma virtual, donde se ofrecen todo tipo de productos a un precio muy competitivo y que en un par de minutos puedes adquirir a través de la web; que te lo traen a casa un plazo máximo de 48 horas y que siempre tiene stock suficiente para poder adquirir lo que uno quiere en cualquier momento y lugar. 

Sin embargo, este nuevo sistema de compras va a suponer, de hecho, ya lo está haciendo, la desaparición de muchos pequeños comercios e incluso está poniendo en peligro ciertas grandes superficies que tampoco pueden competir con las nuevas plataformas de compra. En Galicia tenemos varios ejemplos de macrocentros que se han visto obligados a cerrar sus puertas o a redimensionar su funcionamiento. Desde luego, la competencia es muy dura cuando se tratar de ofertar cierto tipo de productos. 

No hay que ir muy lejos para ver como en su momento el floreciente negocio de los videoclubs o tiendas de discos prácticamente ha desaparecido por las plataformas de televisión por cable, el alquiler por internet de películas o las numerosas páginas de descarga de música y películas, que ofertan la última novedades discográficas o los últimos estrenos de la cartelera a un precio muy asequible, pudiendo disfrutar del producto cómodamente desde tu casa y de manera inmediata.

INVASIÓN DE LOS ROBOTS

En tercer lugar, la creciente robotización de la economía es otro de los cambios que ya está generando el nuevo sistema productivo. Hasta el momento, en las cadenas de montaje era habitual encontrar operarios que supervisaban el funcionamiento de las máquinas. Hoy en día, son ya las máquinas las que hacen este trabajo, por lo que el factor humano, para cierto tipo de actividades cada vez es menos necesario. Hemos pasado de la máquina que solo podía realizar tareas programadas a tener máquinas que casi pueden pensar.

En los próximos veinte años muchos de los operarios tradicionales, que venían desarrollando un trabajo repetitivo van a dejar de hacerlo, al cambiarlos por una máquina, que resulta mucho más económica que tener una plantilla de trabajadores. Lo anterior, aunque no lo parezca, no es algo de ciencia-ficción, sino una realidad cada vez más frecuente, que pone sobre la mesa el mantenimiento de ciertas profesiones. Tanto es así que se está planteando la posibilidad de establecer algún tipo de impuestos sobre los robots, para tratar de compensar el importante desarrollo de la automatización en ciertas actividades, que puede llegar a casi el 50% en la industria de la automoción, al 16% en el sector de la alimentación y bebidas o el 14% en la industria del metal. Esta profunda transformación ha llevado a preguntarse si los robots deben cotizar a la Seguridad Social y si se les debe aplicar algún impuesto especial que grave el incremento de productividad y la destrucción de empleo. 

Para muestra un botón. En el informe de febrero de Caixabank de 2016 se establecía la probabilidad de automatización del empleo por profesiones, llegando a suponer el 82% para ocupaciones elementales, el 70% para operadores de instalaciones y maquinaria y entre el 60 y 68% para trabajadores cualificados del sector primario y secundario y para servicios de restauración y personales. Imagínense por un momento lo que esto puede suponer para un país y una economía como la española tan dependiente de su sector servicios. Hagan ustedes las cuentas.

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