ANTÍTESIS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

La obsolescencia programada perjudica a los consumidores en beneficio de las empresas

Está programada para el consumo repetitivo

Si echamos la vista atrás, veremos que cuando se invertía en un bien de consumo,  se ponían las expectativas en su durabilidad, esos eran los modos y las maneras. Pero este concepto cambió radicalmente en la segunda mitad del siglo XX y los bienes de consumo, empezaron a tener una vida útil limitada, reflejo también de la manera de vivir en los ámbitos sociales y en los económicos.

Existen diversas razones por las que un producto se queda obsoleto, puede ser porque se sustituye en el mercado por otro con una funcionalidad superior; es el caso de  la actualización continua y rápida de productos como ordenadores, de entretenimiento o la telefonía móvil. Puede venir también de un mal funcionamiento programado. Y otra razón sería porque  siendo el producto completamente funcional deja de ser competente por una cuestión de moda, y se le asignan valores peyorativos. La obsolescencia incorporada, provoca un perjuicio económico a los usuarios que adquieren el producto con expectativas de duración y disponibilidad y tiene su mayor protagonismo en los electrodomésticos, especialmente los que se conocen como PAE (Pequeño Aparato Electrodoméstico).

 A comienzos del siglo XXI, el azote de la crisis y nuevos modos corporativos de economía, con fundamento en la ecología y en el desarrollo sostenible, pueden estar cambiando esta tendencia, volviendo a poner la vista en las modos y modas anteriores a la primera mitad del siglo XX.

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