ECONOMÍA CIUDADANA

Offshore, un término tecnológico al que deberemos acostumbrarnos

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Porque las offshore son solo eso, sociedades domiciliadas en algún país en el que no ejercen su actividad, aunque generalmente se ubiquen en paraísos fiscales.

Las offshore, son como camaleones. Hay millares de ellas, ocultas en el paisaje. La tormenta informativa generada, cuando estalla en tono altisonante, mostrando su proliferación, es similar a los guijarros que se lanzan al agua y generan ondas circundantes, porque seguidamente, la superficie se estabiliza, y aquí no ha pasado nada. Un informe del Observatorio de Responsabilidad Corporativa revela que todas las compañías que cotizan en el selectivo español tienen empresas domiciliadas en territorios offshore. En este punto, es necesario indicar que la elusión fiscal no es delito. Una empresa puede estar cumpliendo perfectamente con la legalidad, pero evitando pagar sus impuestos en los países donde genera el beneficio, a cambio de pagar en un territorio donde no tiene ninguna actividad, pero donde el tipo impositivo es muy inferior o incluso nulo. Porque las offshore son solo eso, sociedades domiciliadas en algún país en el que no ejercen su actividad, aunque generalmente se ubiquen en paraísos fiscales.

Lo que argumentan en contra de estas prácticas mercantiles se apoyan en su capacidad de pervertir la economía de un país y crear acentuadas desigualdades. Y lo que sentencian a favor, se basan en  que sin los centros offshore, a las empresas más grandes del mundo, les sería imposible competir y en estos momentos, la competencia asiática  por ejemplo es brutal.  Pero las firmas que no entran en este bucle, tienen una fuerte desventaja competitiva y la economía offshore ha crecido en los últimos años a doble velocidad que la mundial. La inversión hacia estos lugares se ha cuadruplicado en los últimos quince años pasando de 1.000 billones en 2002 a los 4.000 billones de la actualidad. Más de la mitad del comercio mundial pasa por un paraíso fiscal. Son opacas, porque cuando uno pide información de una persona a cualquiera de estos países lo más normal es que ni te respondan, y el negarse a contestar, lo ampara la ley.

Cada año, muchos empresarios deciden crear este tipo de sociedades offshore en diferentes países alrededor del mundo. Sin embargo regularmente se trata principalmente de empresas del sector servicios que se pueden mover en el extranjero. Los trámites para crear una empresa offshore además son simples, y los costes de constitución son bajos. Cualquier empresario, puede efectuar él mismo, los distintos pasos y procedimientos, o confiarlos  a una estructura especializada. Y si los llamados paraísos fiscales son los que reciben el mayor offshore, lo que refleja es que estos países tienen un impuesto muy ventajoso tanto en materia de renta, como de impuestos sobre el capital. Podemos crear una sociedad offshore que solo deberá satisfacer una licencia anual y que como no tributa  en el país de domicilio, no paga Impuesto de Sociedades, IVA, Transmisiones Patrimoniales o Sucesiones. Un uso bastante común en el comercio internacional, en actividades de importación y exportación; en empresas de servicios, de comercio electrónico o compañías marítimas. Y es que además crear una empresa de estas características requiere muy poco papeleo, y permite disfrutar del anonimato. 

La realidad no tiene ningún sentido discutirla. En el mejor de los casos, se gestiona buscando la mejor jugada posible. En ese manchado tablero de ajedrez, tan sucio como legal.

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