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La pasión por emprender, actitud constante de la PYME

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En muchos momentos de la vida y ciclos de una pyme es necesario repensar el negocio, buscar asesoramiento o hacer nuevos planes

En muchos momentos de la vida y ciclos de una pyme es necesario repensar el negocio, buscar asesoramiento o hacer nuevos planes. Recientemente observe de primera mano el ejemplo de una empresa pequeña, de las pequeñas de verdad, con pocos trabajadores y compuesta por familiares, que trabaja en un sector tan competitivo como es el de la instalación y comercialización de equipos de energía y ahorro energético.

Los dueños de la empresa eran conscientes de la situación real de la compañía, exponiendo en este caso un escenario difícil, como tantos otros al que en muchas ocasiones una pyme tienen que hacer frente a lo largo de su historia y al que todo aquel que se dedica de una u otra forma a ayudar a conseguir oxígeno a las empresas está acostumbrado. Sin embargo,  este caso era especialmente crítico: sin rumbo, sin una definición de producto o servicio claro, sin métricas ni organización y sin unos mínimos procesos, es decir, cada día se hacía lo que marcaba el teléfono o las urgencias.

Además de existir una visión realista del escenario de partida por parte de los responsables de la empresa, existía algo esencial y que es punto de partida del éxito para enderezar el rumbo y conseguir que su pyme sea más que una pyme más… GANAS y VOLUNTAD DE CAMBIO.

Un buena opción es empezar con una auditoría inicial, con el fin de conocer a fondo la compañía y poder  discernir los verdaderos motivos que les ha conducido hasta aquí. De este modo poder establecer acciones urgentes que den estabilidad y confianza para afrontar los drásticos cambios que se propondrían. La dirección necesitaba un cambio radical. Estaba agotada, exhausta por intentar y vuelta a intentar, sin conseguir resultados, perdiendo cada día más y más…habían abandonado la ilusión de antaño, esa fuerza interior que tienen los emprendedores.

Antes de realizar  cambio alguno es fundamental recuperar la confianza para, posteriormente, afrontar otras modificaciones en áreas como la comercial u operaciones.

Y aplicando la máxima de Jack Welch,(empresario y escritor estadounidense, nacido en 1935) “Cambia antes de que te veas obligado a ello” no se dudó un segundo y se implantó un ambicioso plan con la implicación de todo el equipo con los siguientes puntos de desarrollo:

Crear un Equipo de Cambio, que posteriormente pasara a ser el Comité de Dirección. De este modo se involucra a la propiedad y ésta identifica los problemas de fondo de su compañía.

Canalizar una adecuada comunicación interna dirigida al personal, apartado clave, ya que la tendencia habitual es de rechazo a los cambios y a percibir la novedad como una amenaza.

Realizar entrevistas y discusiones abiertas, invitando a responsables y trabajadores. En mi opinión, son los que mejor saben que pasa en la compañía aunque hay que tener un buen filtro de subjetividad.

Preguntarse: “¿Quién es realmente tu cliente?”. En este ejemplo concreto fue revelador porque nos condujo directamente a reformar toda la estructura comercial adoptando una nueva con el foco en el cliente y sus necesidades.

En cuanto a la asesoría externa que acompañó todo el proceso, se comprobó que, en última instancia el cliente valoraba más el servicio que los productos que se le ofrecía, por lo que se incidió en el planteamiento de nuevos procesos adaptados a la dinámica que necesitaba la empresa,  así como a la generación e implantación de nuevas métricas de seguimiento específicas y adecuadas a los aspectos fundamentales del negocio y los procedimientos y decisiones que más impacto tenían en resultados.

En un periodo de tiempo relativamente breve esta empresa logró inyectar de nuevo en su ADN la actitud del emprendedor de futuro, que sabe que el camino es duro y largo pero que puede con todo.

Mi reflexión es que las pymes no deben perder el espíritu de emprender, porque esa actitud de cambio continuo es el verdadero motor de una empresa pequeña, es más, me atrevería a decir que es una palanca competitiva, como dice Guy Kawasaki, “Si no eres diferente más vale que tengas un precio muy, muy bajo” y la diferencia no solo tiene por qué estar en el producto (si lo está, ¡perfecto!), pero siempre hay que trabajar por desarrollar esa diferencia en la manera de hacer lo que hay que hacer.

Eso es crear la identidad personal de la compañía que genera marca y fideliza a tu cliente.

La reinvención, en cualquiera de sus modalidades, es vital para que cualquier empresa pueda avanzar y adaptar su modelo de negocio a las demandas del mercado y a las necesidades de los clientes."Beta ha de ser el estado constante de una pyme".

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