La tarifa eléctrica da muestras de crecimiento de precios de forma continuada desde enero de 2018, fecha en la que el precio era de los más baratos de Europa.
La tarifa eléctrica da muestras de crecimiento de precios de forma continuada desde enero de 2018, fecha en la que el precio era de los más baratos de Europa. En concreto, el precio que se pagaba en España por el megavatio/hora era de 20 euros en ese mes, precio que ha ido escalando hasta alcanzar los 60 euros el megavatio/hora que se ha alcanzado este verano.
No es la primera vez que sufrimos estas escaladas de precios, ya que hemos llegado a alcanzar el precio record de 70 euros megavatios/hora.
Generalmente, ante estos acontecimientos, los gobiernos de turno mueven ficha con anuncios públicos y toma de decisiones legislativas. El resultado es un mercado eléctrico con una enorme variedad de decisiones normativas y con una de las regulaciones más complejas de Europa, pero sin un efecto real sobre el control de las subidas de precio.
La explicación a estos vaivenes de las tarifas son muy variables. Por ejemplo, el fuerte calor de este verano ha reducido la aportación de la eólica y ha exigido la incorporación de aportaciones de energía de tecnológicas con precios de megavatios más caros.
El sector y el mercado de la energía es muy complejo y por tanto en cada momento está afectado por distintas variables que generan efectos diferentes. El efecto principal, sin duda, es la demanda, ya que como mandan las reglas del mercado, a mayor demanda mayor precio de la oferta. Por ejemplo, el record de temperatura del pasado mes de agosto, el segundo más cálido desde 1965 , se establece según Red Eléctrica Española como fuente del incremento de la demanda eléctrica en dicho mes. Según Red Eléctrica Española en el país se ha consumido el pasado mes, 22.095 gigavatios /hora de electricidad, el mayor en 10 años.
Pero la clave de la composición del precio, no solo está por parte de la demanda, también debemos analizar el lado de la oferta.
El mercado productor esta compuesto por distintas centrales productoras clasificadas por el tipo de tecnología y fuente de origen de transformación eléctrica. Producción renovable, principalmente de origen eólica e hidráulica, seguida de energía de transformación de origen térmico con el consumo de gas y de carbón. Además, debemos sumar la producción nuclear que mes a mes suele ser la principal fuente para cubrir la demanda de este país. Otro factor de importancia a la hora de la subida y bajada de los precios viene marcado por el modelo de definición de dicho precio ya que funciona con un precio de casación de corte marginal. Es decir, para incentivar la oferta en el mercado se compra cada día el precio de la energía más cara entre las elegidas.
En tercer lugar, para entender el precio de la factura de la luz, debemos tener en cuenta los impuestos y demás costes establecidos en el precio. Este apartado representa cerca del 60%. Por ejemplo, el coste de peajes, es decir el precio de pagar por el mantenimiento de las redes es elevado ya que en el mismo se incorporan los costes de mantener más de 42.000 kilometros de red principal más la accesoria, pero también debemos sumar los costes de las primas de las renovables y del coste del déficit de tarifa, entre otros aquí imputados. Como ven, así es difícil que baje el precio en España de la luz.
