ENTREVISTA

El presidente de la Agrupación de Libreros de Ourense: "El librero debe ser un prescriptor"

photo_camera José Manuel García Mosquera

José Manuel García Mosquera preside un colectivo formado por 35 pequeños empresarios de librerías en la provincia.

José Manuel García Mosquera preside un colectivo formado por 35 pequeños empresarios de librerías en la provincia. Lo hace en tiempos convulsos, con la tecnología modulando el negocio comercial. Es, además, un comerciante con opinión propia y capacidad de autocrítica. Y es que no todo lo malo que les pasa a los comerciantes de la provincia es culpa de los demás. Es partidario de ser autocrítico, adaptarse al entorno, innovar y, por supuesto, competir. 

¿En estos momentos es negocio ser librero?  

Negocio no es. Da para vivir, nada más. Para hacerse rico, desde luego que no porque las cosas solo dan para mantenerse porque la situación económica para el sector no es buena. 

¿Algún día fue negocio?  

Hace años sí que lo fue. Eran otros momentos y se vendía, por ejemplo, mucho libro de texto y eso ha caído de forma drástica. Eso puede llevar al cierre a muchas librerías porque es una venta que está desapareciendo. Con el sistema educativo que tenemos hoy apenas se venden libros de texto. 

¿El comienzo de septiembre, con el inicio del curso, era el agosto de los libreros?  

Sin duda. Podía representar para el sector en torno al 30% de la facturación de todo el año y ahora mismo no debe llegar ni al 8%. 

¿De qué viven hoy?  

Todos hemos tenido que buscarnos otros nichos de mercado porque ese 30% hay que suplirlo con otras actividades pero cuando ese 30% desaparece tienes que ajustar mucho el negocio e intentar suplir los ingresos que pierdes. Por ejemplo, estamos ampliando secciones como la de libro infantil que hace años casi nadie tenía y ahora si te das un paseo por las librerías verás que cada vez más librerías tenemos sección infantil porque nos está dando muchas alegrías y muchas ventas.

Sin embargo, dicen que los niños de ahora son digitales.  

Eso no es verdad. A lo mejor cuando sean adultos, sí, pero de niños no lo son. Los niños leen mucho y leen en papel. ¿Qué pasa? A lo mejor esos niños cuando sean mayores se compran el libro electrónico y sí los vamos a perder. Lo que tenemos es que fidelizarlos lo más posible. Piensa que el libro infantil no se puede suplir con el electrónico porque las imágenes o ilustraciones no las tienen. Ahora incluso hay libros con olores y el interés de los niños es grande aunque a lo mejor cuando tengan veinte años se pasan al libro electrónico. 

¿Se lee en Ourense?  

Sí que se lee. Es cierto que a veces entra alguien que dice que no ha leído en su vida pero sí que se lee. Por ejemplo, además del libro infantil, hay mucha lectura de novela de adultos. En fin, estamos buscando cosas para atraer al público, haciendo cosas que a lo mejor antes no hacíamos por desidia o porque las cosas iban bien. Ahora los libreros están con presentaciones de libros, nos formamos para recomendar lecturas. Cada vez buscamos más un librero prescriptor que recomendador de libros. Con estas cosas tratamos de suplir carencias, como por ejemplo la falta de venta de libros de texto.

¿Cuál es el perfil del lector o comprador?  

Normalmente más mujeres que hombres. Sobre todo entre 30 y 65 o incluso más años. El Día del Libro, que es muy emblemático, de cada diez libros que se venden, siete son a mujeres. 

¿Convivirá el libro en papel con el libro electrónico o la batalla la ganará el electrónico?  

El futuro es incierto y ni siquiera las editoriales lo tienen claro. Inicialmente se hizo una apuesta dual en papel y, a su vez, en una página web para que se pueda descargar en Internet. Es cierto que algunas editoriales se dieron cuenta que es más negocio el papel que el digital y lo ideal sería que cuando el cliente compre el libro en papel le den un acceso con una clave al libro electrónico, de tal manera que si te vas de viaje y no llevas el libro te puedas descargar en el electrónico y cuando vuelves a casa puedas seguir leyendo en papel. Creo que ese es el camino, aunque todavía hay muchas incertidumbres. 

Como dirigente del comercio en Ourense, ¿cómo está viendo el sector en la provincia?  

Ourense está un poco abandonado y decadente. Eso puede ser culpa de los propios comerciantes, que nos dejamos ir, que no innovamos, pero también que ahora mismo en el Concello de Ourense no hay iniciativa, no hay labor dinamizadora alguna. Hemos visto lo que ha pasado el Día del Libro, el Día das Letras Galegas, eventos que contaban con la colaboración municipal y que la dejaron de hacer. Todo ayuda a que el comercio se vaya derrumbando. A veces pienso que sería bueno que viniese El Corte Inglés, a ver si espabilamos un poco más. Eso me daría pie a estar más ágil e innovar.

¿Cree que el ourensano se siente identificado con su comercio o sencillamente busca calidad y precio sin mirar qué comercio es?  

Hay un porcentaje muy elevado que compra en el comercio local y no por pena o solidaridad, sino porque se siente identificado y le gusta como lo tratan. Prefiere ir a la cercanía del comerciante que a una gran superficie o Internet. Eso sí que lo notamos.

¿Cree que las nuevas generaciones sienten esa misma sensación?  

Es complicado. Hay que hacer mucha pedagogía porque hay mucho joven que pasa, que carece de esa conciencia. De comprar un libro en una gran cadena o por Internet a comprarlo en la librería es el mismo y al final no estás colaborando con la riqueza de la ciudad. Esas generaciones posiblemente digan luego que en Ourense no hay trabajo y a lo mejor hay que decirles "vete a pedir trabajo a quien le compraste por Internet".

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