CON PRIMA DE RIESGO

Los residuos, el manantial del siglo XXI para obtener recursos productivos y materias primas

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La sociedad moderna asume que el mercado debe cambiar hacia un modelo de reutilización

Las reservas naturales y los recursos corren riesgo de extinción en el planeta. Un ejemplo ilustrativo es la huella ambiental. El planeta supera un 30% los recursos consumidos por encima de la cifra de equilibrio sostenible y por tanto estamos en alerta roja en relación al equilibrio del futuro. A partir de ahora consumiremos más de lo que podemos o, mejor dicho, de lo que debemos. Este fenómeno, producto  del proceso de consumismo,  adquiere valores alarmantes en los últimos años. 

Según la Comisión Europea, el uso global de recursos materiales en 2030 se espera que sea el doble que en el 2010. La presión procede del crecimiento de la población. 

El pronóstico más reciente de las Naciones Unidas sugiere que la población mundial es probable que supere los 11 mil millones al final del siglo XXI. Contexto inasumible si ya observamos la situación actual, donde un planeta con más de 7 mil millones de personas ya no es capaz de afrontar las demandas de los habitantes debido al alto grado de exigencia en materia de producción de alimentos, de recursos productivos, y absorber sus desechos. 

La comunidad científica y los expertos en medio ambiente muestran evidencias de que la situación en algunos recursos y en el caso de algunos lugares es que se superará el límite que se define como un espacio operativo seguro para el desarrollo humano.

Los problemas ya son visibles en situaciones como el cambio climático y sus efectos sobre el medio ambiente, y el propio sistema climático del planeta, con cada vez mayores fenómenos catastróficas de origen meteorológico.  

Otro factor visible es la pérdida de biodiversidad tanto forestal como animal, y en general en los fenómenos  de pérdida de riqueza biológica.

El crecimiento futuro debe afrontar su progreso con sostenibilidad pero a la vez con capacidad de permitir crecer a la población en la mejora de su capacidad de vida. 

El problema viene definido por la sociedad de consumo y su mentalidad de usar y tirar, que nos esta llevando a una situación al límite.  

Es un problema que irá a más a medida que las clases medias en el mundo aumenten, las previsiones hablan de alcanzar el doble, sobre todo en Asia en menos de 10 años. Más ingresos implica más capacidad de compra y por tanto más capacidad de consumir recursos cada vez más escasos. 


NUEVO MODELO ECONÓMICO


El ritmo del cambio tecnológico, particularmente en campos de información, comunicación, nanotecnologías y biotecnologías, no tiene precedentes. El desarrollo de estas disciplinas pueden convertirse en un aliado para que la humanidad alcance un equilibrio con el medio ambiente. 

El cambio de dirección es necesario. En este sentido Europa decide apostar por una economía circular, distinta de la actual lineal de consume y tira, por una apuesta de “cerrar el circulo”, es decir reutilizar y reciclar todo lo posible. 

Ahora mismo los europeos apenas reciclamos el 50% de lo que usamos y los españoles y gallegos incluso menos. Por lo tanto el cambio está en las manos, mejor dicho en las acciones de cada uno, que puede ayudar a un mundo mejor y sobre todo más sostenible.  A Europa le salen los números, un modelo circular puede aprovechar la inminente revolución tecnológica para generar un beneficio neto de 1,8 billones de euros de aquí a 2030, es decir, 0,9 billones más que en la actual senda de desarrollo lineal.

El PIB europeo podría crecer hasta un 11 % para 2030 y un 27 % para 2050, comparado con los porcentajes del 4% y el 15 % del escenario de desarrollo actual. El motivo, la posibilidad de ahorros netos anuales de costes de materias que puede ascender a 630.000 millones en un escenario de economía circular avanzado. En el caso de los bienes de consumo de alta rotación, se calcula un potencial adicional de hasta 700.000 millones en todo el mundo.

Por tanto, los ahorros de costes y la mejora en el margen provocará un incremento de los empleos, y en particular de empleos de mayor calidad. Además, sin duda, consumiremos  productos de mayor calidad y de mejor bienestar para nuestra sociedad  y para nuestra salud individual.  Ya ven, las posibilidades son adecuadas pero todo depende de nosotros mismos y de las decisiones de compra y de asunción de responsabilidades de reciclaje y de reutilización. Es un cambio con profundas modificaciones en el comportamiento del ciudadano y de las empresas, ya que el usar y tirar debe dar paso al reparar, reciclar, o reutilizar y la sensación de propiedad privada debe dar paso a una relación comunal con el producto donde se debe considerar como un elemento de larga duración y de múltiple uso.  En este cambio nos jugamos el futuro de nuestras ciudades, de nuestras familias y empresas locales. 

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