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Todo el mundo puede ser empresario

Risk solutions and adapting to change as a business idea with a businessman walking on a dangerous high wire tightrope that transforms into a red staircase leading to a clear path to future opportunity and success.
photo_camera El camino del emprendedor.

A diario nos encontramos con medios de comunicación, políticos y nuevas legislaciones que nos invitan al optimismo laboral.

A diario nos encontramos con medios de comunicación, políticos y nuevas legislaciones que nos invitan al optimismo laboral. Esto a menudo conlleva que la mayor parte de la sociedad que no puede disfrutar de una independencia o necesita ingresos para poder garantizar su supervivencia más inmediata se embarque en la aventura de “montar una empresa”.
Analizando los datos de creación de empresas, desempleo y ciclos económicos pasados queda a la vista que no todo el mundo puede ser emprendedor debido a alguna causa. Una estadística lo resume, el 70% de los negocios no llega al cuarto año.
Son muchas las razones para querer tener nuestro negocio y nuestro sueño pero también son muchos los aspectos personales y económicos que pueden motivar que nuestro sueño se convierta en una realidad o en una pesadilla.


Recuerdo hace años una conferencia de un “maestro” de la motivación de nuestro país a la que tuve el privilegio de asistir que fue claro, tajante y no escatimo en detalles a la hora de presentarnos el "emprendimiento". Tengo que reconocer que salí algo asustado de aquella sala pero tampoco puedo olvidarme de que ese pánico me hizo abrir bien los ojos para avistar el horizonte que se nos presentaba a los españoles y en especial a mi generación.
Esta conferencia y el día a día acabaron por interiorizar en mi persona que un emprendedor debe reunir cualidades de varios tipos, no solo las derivadas del esfuerzo, la dedicación y la disciplina, sino también de otras que son más difíciles de conseguir salvo que broten de nuestra propia esencia como son las siguientes: Saber descubrir un negocio que consiste en “no buscar nuevas tierras sino en verlas con otros ojos”; una red de relaciones personales que nos pueda orientar y ayudar a “cercar el mercado”; un plan de negocio claro que no nos deje nada al azar gracias a nuestros conocimientos en el propio sector a explorar.


Los ciclos económicos, las políticas estatales en materia empresarial y el momento por el que este abriéndose paso nuestro sector empresarial también son fundamentales y en ellos también va impreso el futuro de nuestro negocio en un porcentaje a estimar prudentemente.
Los ciclos económicos son innegociables y pueden estar más o menos protegidos por las políticas de ese marco temporal, las cuales se convierten en factores determinantes. El crédito, la contratación temporal, bases de IRPF, gestión de despidos y toda la fiscalidad en general son puntos muy a tener en cuenta sabiendo que las distintas opciones que baraja un Estado pueden ser más o menos acertadas en nuestro negocio.
Podemos concluir que una buena empresa es un conjunto de piezas bien ensambladas en las que el empresario necesita ser un “esclavo” del día a día de su negocio y siempre respaldado por la eficiencia de las políticas económicas del momento para alcanzar un grado óptimo de eficiencia.

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