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Transferencia de conocimiento desde la Universidad

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Tradicionalmente desde las instituciones de educación superior (IES) se ha venido apostando por la docencia como principal actividad

Tradicionalmente desde las instituciones de educación superior (IES) se ha venido apostando por la docencia como principal actividad. La formación de los estudiantes con el objetivo de que estos tuvieran mayores y mejores oportunidades laborales era el leitmotiv de las IES, y a este fin se destinaba la mayor parte de los recursos, humanos y materiales, de las universidades. 

Con el paso del tiempo las IES fueron capaces de ampliar su campo de actuación, añadiendo a la tradicional actividad formativa, la capacidad investigadora. Esta comprende tanto lo que se conoce como investigación básica, que es aquella que trata de explicar el porqué de lo que sucede, como la aplicada, que busca soluciones a los problemas con los que se enfrenta diariamente la sociedad. La inclusión de esta faceta en el funcionamiento de las universidades permitió el establecimiento de una nueva dimensión en las IES, que cohabita perfectamente con su labor docente. Es más, un buen docente para seguir siéndolo, necesita desarrollar una importante capacidad investigadora, ya que éste es el único camino para estar actualizado y poder transmitir a sus alumnos una formación de calidad.

A pesar de que en los primeros momentos se consideró que la incipiente capacidad investigadora de las IES podía mermar su primigenia función de formar a los estudiantes, la cohabitación entre estas dos actividades viene desarrollándose de forma armoniosa y hoy en día es imposible entender y desarrollar una sin tener en cuenta la otra.  En España, al igual que sucede con todos los países de la UE, las IES son el principal exponente de investigación a nivel nacional, con unas ratios de productividad científica por encima del resto de instituciones públicas y privadas. Sin la labor de investigación que desempeñan las IES no se podría avanzar en el campo de la medicina, economía, ingeniería, electrónica, etc.

Si bien, tanto la investigación básica como la aplicada son fundamentales, la segunda es quizás la que tiene una mayor transcendencia y aplicabilidad práctica sobre el tejido socioeconómico. La mayor parte de la investigación aplicada tiene una rápida utilización por parte de las empresas e instituciones, lo que la convierte en un pilar básico para poder seguir avanzando.

Para ver esto no hace falta ir muy lejos. En el campus de Ourense tenemos algunos ejemplos de la aplicabilidad práctica de todo este conocimiento a mejoras en relación a la descentralización fiscal, en el campo de la economía de trabajo, desarrollo legislativo, atención a la dependencia, igualdad, en fotometría, óptica, tratamiento de aguas, etc. En todas las facultades hay grupos de investigación que están desarrollando su trabajo para tratar de encontrar soluciones y buscar recetas, que posibiliten un mejor desarrollo de la sociedad en la que se encuentra inmersa la Universidad de Vigo.

Muy vinculada a la investigación aplicada se encuentra lo que se ha venido a denominar como la “tercera misión” de las IES, que es la transferencia del conocimiento. Con esta actividad no se trata tanto de lograr estar en los mejores rankings de investigación a nivel nacional y mundial, ni tener un elevado índice de productividad científica, sino de conseguir que lo generado en las IES sea de utilidad práctica al tejido productivo. La transferencia del conocimiento se configura como el tercer pilar sobre el que tiene que sostener su actividad las universidades.
Así, cuestiones como la creación de empresas desde las IES, la apuesta por los viveros de empresas auspiciados o promovidos financieramente por las universidades, las Empresas de Base Tecnológica (EBT), las spin-offs universitarias y todas aquellas actividades que fomentan el emprendimiento universitario son algunos ejemplos del desarrollo que está teniendo la transferencia del conocimiento desde las IES.

Al igual que sucedía con la investigación aplicada tampoco hay que irse muy lejos para darse cuenta del incipiente desarrollo de estas actividades. En el campus de Ourense, desde hace algunos años se viene colaborando con varias instituciones y organismos, especialmente con el Parque Tecnológico de Galicia (Tecnópole), para que los estudiantes y recién egresados de la Universidad de Vigo tengan un espacio donde desarrollar sus inquietudes emprendedoras. Se ha colaborado también con la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) en el programa Startup Pirates, un programa internacional de aprendizaje dirigido al desarrollo de una idea de negocio de forma intensiva. Desde el Vicerrectorado del campus de Ourense se viene apostando, desde hace más de tres años, por seminarios que abordan el emprendimiento y la creación de empresas. En la Facultad de Ciencias Empresariales y Turismo de Ourense se imparte un título de posgrado, recientemente acreditado por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Galicia, el Master Universitario en Creación, Dirección e Innovación de la Empresa (CIDIE) que posibilita una formación integral en estas materias. Hay varias Cátedras Universitarias en el campus de Ourense que persiguen una mayor integración entre la universidad y el tejido socioeconómico. Además, se cuenta con el Centro de Investigación, Transferencia e Innovación (CITI), que facilita la transferencia de las tecnologías desarrolladas en el campus de Ourense. Finalmente, en todos los centros universitarios hay iniciativas que buscan el emprendimiento desde las aulas universitarias.

Cierto es que hay opiniones que consideran que una excesiva orientación hacia la transferencia del conocimiento podría desvirtuar las funciones tradicionales de las IES, ya que se podría pensar en que si se apuesta en exceso por estas actividades se dejarían de destinar recursos humanos y materiales para la docencia y la investigación. En ocasiones se acusa a quienes apuestan por estas iniciativas de buscar “la mercantilización” de las IES. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Si se tiene en cuenta la experiencia de otros países que vienen apostando decididamente por la transferencia del conocimiento, especialmente Estados Unidos y Reino Unido, se comprueba como las IES que tienen más futuro son las que consideran que esta tercera misión debe estar cada día más presente.

Hay que tener presente que con la transferencia del conocimiento se busca adecuar los inputs con los que cuenta las IES con los outputs que demanda la sociedad. Se trata por lo tanto de aprovechar lo que se tiene para mejorar la actividad y rentabilidad de las IES. No es lo mismo “mercantilizar” las IES, que buscar un mejor ajuste entre oferta y demanda, esta es la máxima que debe estar presente en la transferencia del conocimiento.

No se debe obviar dos cuestiones que permiten fundamentar el resultado anterior. Por una parte, las empresas e instituciones, tanto públicas como privadas, estarán interesadas en financiar aquellas actividades que les sean de utilidad. Esto permitirá una fuente de financiación complementaria, que no alternativa, a las IES. En un momento de fuertes restricciones presupuestarias, donde la tónica dominante de las administraciones públicas con competencias en educación superior ha sido el recorte de fondos, especialmente en materia de investigación y desarrollo, la captación de recursos por otras vías es vital para la pervivencia y el buen funcionamiento de las IES. En segundo lugar se debe tener muy presente de que las IES se financian en más de un 70% de recursos de naturaleza pública y por lo tanto, es necesario que las universidades retornen parte de ese esfuerzo a la sociedad a través de iniciativas, de proyectos y de actividades que les sean de utilidad.

La transferencia del conocimiento más que una opción a la que pueden dedicarse las IES, es una obligación a la que se debe hacer frente. Si la sociedad comprueba que la utilización de los recursos públicos que se destinan a las IES se emplea de forma adecuada y son productivos, seguirá viendo la necesidad de financiar públicamente todas las actividades que se realizan desde las universidades.

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