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El turismo es un fenómeno a debate. Ya que es un sector que crea fuertes impactos por sus excesos

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El país necesita el turismo ya que crea el 11% del PIB pero quizá no este modelo de turismo de masas

Carteles del barrio de la Barceloneta indican: “Bienvenido turista, el alquiler de apartamentos turísticos en este barrio destruye el tejido socio-cultural de esta zona y promueve la especulación. En consecuencia muchos de nuestros vecinos se ven obligados a abandonar el barrio. Disfruta de tu estancia”. Quizá estos carteles sean un resumen del sentir de al menos una parte de la población, que vive la situación de tener que irse de sus casas y de sus barrios de toda la vida, porque se ha puesto de moda junto a sus propias casas. Y a la vez ven como sus casas, hasta ahora abandonadas a su suerte se convierten en edificios remodelados donde habitantes, de no más de dos o tres días, pasean por el barrio trayendo nuevas demandas comerciales que provocan una segunda revolución, el cambio de locales comerciales tradicionales, por nuevos negocios pensados para el turismo y para los nuevos habitantes del barrio. Este proceso de cambio ha sido “bautizado” como turificación. 
De otro lado decir que el turismo es el gran motor de la economía de España, ya que representa el 11% del PIB del país y solo en el mes de julio ha creado más de 15.000 empleos en el territorio. Además debemos recordar que es un sector que genera superávit en la balanza de reservas del país (Los turistas extranjeros gastan la cifra récord de 37.217 millones). 
En general es un sector clave de la recuperación económica ya que uno de cada cuatro puestos de trabajo creados en España desde el año 2013 se crea en este sector. Es decir más de 375.000 empleos han sido creados con el boom del turismo en la recuperación española. Además más de 90.000 empleos han sido ocupados por jóvenes menores de 29 años, siendo un nicho de empleo para este perfil de empleados. Y en especial para aquellos jóvenes que muestran un perfil sin formación previa y que ven en el mercado del turismo una salida profesional. 
El sector muestra su mayor intensidad en aquellas regiones con mayor grado de turismo que también son las regiones con mayor grado de recuperación económica y de incremento del PIB. En especial Cataluña o Baleares, que han sido los principales focos de las protestas, pero a la vez son aquellas regiones con mayor nivel de recuperación económica debido al turismo del cual dependen dos de cada cinco empleos nuevos creados. De forma general todas las regiones turísticas superarán este año el nivel de PIB que tenían antes de la crisis, mientras que el norte y el interior van con cierto retraso.

Es de recibo decir que el sector muestra un alto nivel de temporalidad, en concreto, el triple de precariedad del conjunto de la economía. Cifras que son inaceptables para un sector de tanto peso.
Pero quizá debamos mirar más allá de la realidad diaria y de los récords que supera el sector (ingresos por turista, o número de extranjeros turistas recibidos en un año) para analizar cuál es el futuro que deseamos programar para nuestro sector estrella. La verdad es que es un momento apasionante para un analista ya que en el fondo del problema se enfrentan dos modos de negocio, el tecnológico o la llamada nueva economía y la llamada economía tradicional. Por ejemplo la lucha entre taxistas y empresas de autobuses y las plataformas colaborativas de compartir viajes y vehículos. O la lucha incipiente entre el sector hotelero y las nuevas plataformas con nuevos negocios de alquiler de pisos y habitaciones. 

La situación es de difícil solución ya que Baleares o Cataluña tiene una “muerte por éxito”, donde Barcelona se ha convertido en una ciudad de moda a nivel planetario y por tanto es de interés para una buena parte de turistas de todos los orígenes del planeta. Unido a que es difícil en una economía de mercado en la que suelo y vivienda son mercancías que se compran y venden a precios libres, disponer de medios públicos para rehabilitar un barrio para sus vecinos y poder rivalizar con las oferta de empresas y fondos de inversión. Por lo tanto nos enfrentamos a un debate de fuerte trascendencia pero con recetas de solución ya determinadas. Los expertos recomiendan aprovechar el impacto positivo del sector turístico e introducir reformas para hacerlo sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Como puede ser la desestacionalización y la descentralización hacia nuevos destinos turísticos. Como puede ser el caso de Galicia que por su perfil y oferta de ocio está llamado a adquirir un gran peso específico en la recepción de turistas y ayudar a un reequilibrio de los movimientos del sector. Para España y para Galicia el turismo es un sector estratégico de la economía al que no se debe renunciar  pero si se debe reformar. Y recordemos que todos somos turistas en algún lugar o deseamos serlo, pero sin duda cuando viajamos debemos ser también conscientes del impacto de nuestras acciones.

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