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Últimas tendencias en el comercio electrónico

photo_camera Una mujer escanea la etiqueta de una prenda.

En la actualidad el polo de crecimiento se ha desviado desde el mundo occidental hacia China y otros países emergentes

En estos últimos años, y a pesar de los efectos de la grave crisis económica, el comercio electrónico ha continuado con su crecimiento progresivo en todos los países de nuestro entorno, entre ellos España, crecimiento que se ha visto incrementado por las nuevas posibilidades ofrecidas por el comercio electrónico desde todo tipo de dispositivos móviles.

En la actualidad el polo de crecimiento se ha desviado desde el mundo occidental hacia China y otros países emergentes, hasta el extremo de que China se ha convertido en el nuevo gigante del comercio electrónico B2C a nivel mundial, superando incluso a EEUU desde finales de 2013 por volumen de negocio, y con empresas que ya son conocidas en todo el planeta, como el gigante Alibaba.com, que ha comenzado a cotizar en septiembre de 2014 en Wall Street, y que ya es 4 veces mayor que su rival eBay en términos de facturación a nivel global.

Gracias sobre todo a la popularización de los smartphones y tablets y al auge de las redes sociales, podemos destacar cómo el comercio electrónico está evolucionando para mejorar la experiencia del usuario y ofrecerle nuevas posibilidades.

De hecho, según los últimos estudios publicados, un porcentaje cada vez mayor de los usuarios de dispositivos móviles, en especial, de los smartphones, llevan estos dispositivos consigo y los utilizan como asistentes para mejorar la experiencia de la compra de determinados productos y servicios en las tiendas físicas: acceder a más información de los productos, contrastar opiniones y leer recomendaciones y críticas de usuarios, poder comparar precios o incluso localizar otras tiendas que pudieran ofrecer el mismo producto a un precio más barato, etc.

Esta tendencia se conoce ya como “showrooming” y está comenzando a causar una honda precaución en muchas tiendas tradicionales, que ven como un porcentaje cada vez mayor de sus clientes entran en las tiendas físicas para poder ver, tocar y probar los productos, para a continuación acceder a más información sobre precios y recomendaciones a través de sus smartphones, y terminar comprando el producto directamente desde el smartphone en una tienda on-line que pueda ofrecer dicho producto a un precio más económico que la tienda física donde se ha iniciado el proceso.

También se está poniendo de moda la “multicanalidad”, con empresas que tratan de fomentar la integración de ambos mundos, el de Internet y el de las tiendas físicas, para un creciente número de clientes que deciden comprar on-line y pasar a recoger el producto en una tienda física para probarlo, obtener información adicional de un empleado de la empresa, o poder devolverlo si no le convence la compra.

Así mismo, no debemos olvidar el auge de las compras que se producen directamente desde dispositivos móviles (smartphones y tabletas), modalidad de comercio electrónico conocida como m-commerce, y que se puede llevar a cabo desde apps desarrolladas ad-hoc por las propias empresas (y que los clientes deben tener instaladas en sus móviles) o a través de páginas web adaptativas, diseñadas para poder ser exploradas correctamente y sin problemas de usabilidad desde la pantalla de un dispositivo móvil.

Como otra tendencia destacable debemos mencionar el impacto de las redes sociales en el comercio electrónico, en especial de redes tan populares como Facebook y Twitter en los países de occidente, dando lugar a lo que se ha dado en llamar como social commerce (comercio social). Según la definición propuesta por la enciclopedia Wikipedia, el social commerce “es una tipología de comercio electrónico que incluye el uso de los social media para provocar la interacción y contribución de los usuarios, así como para la ayuda en la compra y venta interactiva de productos y servicios”.

Así, por ejemplo, en el verano de 2014, tanto Facebook como Twitter han incluido botones para facilitar la compra directa de productos a través de las publicaciones incluidas en las cuentas de sus usuarios. Estos botones click-to-action podrán facilitar el desarrollo de las compras sociales desde las redes más populares, y se podrán extender a otras plataformas similares en el futuro si tienen aceptación en el mercado.

No debemos olvidar tampoco el poder de influencia que tienen las recomendaciones y comentarios de los usuarios en las decisiones de compra de otros, motivo por el que muchas tiendas de comercio electrónico han optado por incluir “plugins sociales” para facilitar la difusión de las fichas de sus productos a través de las redes sociales.

En definitiva, y a modo de conclusión, todas las tendencias apuntan a que en los próximos años el comercio electrónico seguirá experimentando un importante crecimiento en todos los países de nuestro entorno, impulsado además por las sinergias que se generan con el auge de las redes sociales y de la movilidad, y para muchos sectores el comercio electrónico podrá incluso llegar a convertirse en el principal canal de relación con los clientes. No obstante, también deberá convivir y complementarse con el comercio tradicional, aprovechando el trato personal y las ventajas logísticas y de atención postventa que este último nos sigue ofreciendo, por lo que el fenómeno de la “multicanalidad” será cada vez más habitual, con una mayor integración entre el mundo on-line y el mundo del retail tradicional.

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