CON PRIMA DE RIESGO

El uso de las redes sociales y su retorno en el lenguaje o mensaje político universal

Donald Trump es un ejemplo claro de utilización de los nuevos modelos de comunicación 

En las últimas semanas el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido noticia por muchas cuestiones pero quizá la más curiosa es por su afición al uso de las redes sociales y en especial a Twitter, la red social del “pajarito”. Nunca 140 caracteres dieron para tanto. En sus mensajes nos habla de los nombramientos de su equipo, de sus decisiones o de sus opiniones. La pregunta es si lo hace por evitar a los periodistas o directamente por “puentearlos” y ser él quien dé la noticia al mundo en directo, evitando a los medios de comunicación, en especial a los que no controla directa o indirectamente. 

La verdad es que fijándose un poco, ya no vemos esas imágenes del portavoz de turno de la Casa Blanca dando respuesta a los periodistas. Ahora los noticiarios abren con “pantallazos” del twitter de Trump  y sus opiniones, tomadas muchas veces como ocurrencias más que como declaraciones institucionales. A medida que pasan los días debo pedirles que adquiramos respeto por el señor Trump. Es un ser mediático e “inquieto”, pero rodeado de un equipo de concienzudos expertos en nuevas materias que todavía no han llegado a la escuela española. Caso de la gestión del big data, del posicionamiento SEM georeferenciado o de la gestión del tráfico de opiniones en redes sociales. Que esto no es ver qué me han puesto en el muro o cuántos  “amigos/desconocidos” me siguen. 

Es ir más allá, es conocer las opiniones de la gente y su grado de aceptación de una u otra opinión a nivel ya no solo de un país sino a nivel de ciudades, pueblos, o barrios. Diferenciando por clase social, raza, etc. Esta máquina engrasada de análisis de datos le ha llevado a la Casa Blanca a pesar de que Trump suele “abrir la boca muy a menudo” por lo tanto su poder es muy elevado. Pero Trump, una vez más, nos da una “lección”: no me interesa el cuarto poder pues lo sustituyo por las redes sociales. ¿Y por qué? Porque las cifras mandan. Solo Twitter tiene 309 millones de seguidores activos, y Facebook unos 1.500 millones de usuarios, cifras muy lejanas de cualquier tirada de cualquier periódico o canal de televisión. 

Solo en España la cifra de internautas que utilizan las redes sociales es de más de 15 millones de usuarios, lejos de los cerca de 2 millones y medio del periódico con mayor tirada de Estados Unidos, que es The Wall Street Journal. El potencial es claro: llego a más gente, más rápido, más veces, y con retorno en forma de opiniones y de información sobre el perfil de usuario. Es decir, puedo conocer qué opinan mis votantes y aquellos que no me votaron, de cada tema y en cada momento. Es el plan de marketing más perfecto posible, ya que puedo valorar decisiones de campaña con el mayor panel del mundo, todos los usuarios de redes sociales del planeta y sin el menor coste político; bueno sí, un tweet. 

SUS RIVALES

La verdad, hay que darle al césar lo que es del césar, porque el presidente de los Estados Unidos ha sido el primero (o al menos el que mejor le ha rendido) en ver el potencial de las redes sociales a nivel de acción política. Ya en su lucha con Jeff Bush por ser el candidato republicano mostró las ventajas de las redes sociales. Según cifras de la cadena NBC, hasta el 6 de diciembre de 2105 Trump sólo había gastado 217.000 dólares en publicidad, comparado con los 28,9 millones de Jeff Bush. Sin embargo, mientras Bush no supera el 3% en las últimas encuestas, Trump terminó el año con el 35% de apoyo en la mayoría de los sondeos. Y después, en la carrera a la Casa Blanca, con menor presupuesto de campaña que su rival, ya sabemos quién gano. Trump llego a decir: “Tengo estas cosas llamadas Twitter y Facebook, que en realidad son increíbles. Es como ser dueño del The New York Times, pero sin las pérdidas”. 

Por tanto ya conocíamos el potencial de las redes sociales como factor multiplicador del mercado on line. Solo Facebook se espera que facture cerca de 20.000 millones de dólares al cierre del año 2016, pero Trump y su jefa de campaña (un dato, es la primera vez que un presidente gana las elecciones teniendo una mujer como jefa de campaña) Kellyanne Conway, han marcado un hito histórico en el marketing político. Las redes han provocado un cambio de paradigma del que se desconoce su alcance y su potencial. 

A modo de chascarrillo,  ¿se imaginan un mundo donde las reuniones del G7 o del consejo de la ONU se sustituyan por “quedadas en Facebook”? ¿O que se eliminen las embajadas y los embajadores y los sustituyamos por “privados” en la red? Ríanse, ríanse pero quién sabe. Trump ya no es solo el presidente de los Estados Unidos. Es Potus45.

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