Víctor Nogueira (Santiago, 1957), presidente del Grupo Nogar, acaba de ponerse al frente de la Asociación Gallega de Empresa Familiar en sustitución de Emilio Pérez Nieto (Grupo Pérez Rumbao).
Considera que la empresa familiar ha sido una pieza fundamental de la economía en la larga crisis y quiere apostar por los jóvenes. En cuanto a las cosas a mejorar cita la eliminación de barreras que desincentivan el crecimiento de las compañías y mejorar temas de legislación en Galicia para facilitar la implantación de nuevas empresas. Subraya que la ventaja gallega es la estabilidad política.
Algunos estudios señalan que las empresas familiares han mostrado más fortaleza durante la crisis ¿comparte esta opinión? ¿Por qué cree que puede pasar algo así?
Sin lugar a dudas. La empresa familiar ha superado mucho mejor estos años difíciles, manteniendo empleo y adaptándonos al nuevo escenario, apostando por la internacionalización, por la innovación y por las nuevas generaciones. Como ya dije en otras ocasiones, hemos sido los salvadores en estos momentos tan difíciles. El motivo, seguramente nuestro sentimiento de responsabilidad con todos aquellos que forman parte de nuestra empresa que nos lleva a anteponer la empresa a todo lo demás y por supuesto, la constante reinversión que el empresario familiar realiza en su compañía.
¿Por qué se pone al frente de la Asociación Gallega de Empresa Familiar en este momento?
Para mí es un reto ponerme al frente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar ya que nos hemos convertido en la principal asociación de compañías con raíces de Galicia. Y es una oportunidad de trabajar para la continuidad de nuestras empresas y, en definitiva, para el desarrollo socioeconómico de Galicia.
¿Qué retos se ha propuesto al frente de la Asociación Gallega de Empresa Familiar?
Quiero mejorar, todavía más, la convivencia de las compañías de raíz de Galicia y potenciar la participación de los jóvenes porque son nuestro futuro y, sobre todo, acercar la empresa familiar a la sociedad. Porque necesitan conocer que nuestras empresas tienen una importancia muy grande como fuente generadora de riqueza y empleo. Y también mejorar la competitividad fiscal de la empresa familiar en Galicia.
Ahora que se abre una nueva etapa de crecimiento ¿qué cree que necesitan las empresas familiares?
Tenemos que saber aprovechar esta nueva etapa de crecimiento; la necesitábamos. Creo que lo prioritario para todos los sectores, es que Galicia y España vivamos con una estabilidad política que nos permita estar centrados en el desarrollo de nuestro negocio.
¿Cuáles son los retos de las empresas familiares, qué deben hacer para encarar los nuevos tiempos?
Debemos apostar por la juventud desde ya, porque son el futuro y trabajar para que haya un importante cambio en la educación española. Pero también seguir teniendo como objetivo la internacionalización de las compañías, la transformación digital y el I+D+ i.
Hay una frase repetida sobre las empresas familiares de que la primera generación la crea, la segunda la mantiene y la tercera la cierra. ¿Cree que se cumple el refrán?
Soy consciente que hay quien lo cree, pero no estoy de acuerdo, aunque haya casos particulares en los que, por diferentes razones, sí haya ocurrido. Por eso repito, debemos apostar por la formación de nuestros jóvenes.
¿Cree que la internacionalización ha sido la tabla de salvación de muchas empresas en la crisis?
Es cierto que ha sido un factor muy importante para muchas compañías, que han visto en la expansión internacional de su negocio una oportunidad. De hecho, sigue siendo para nosotros uno de nuestros objetivos más importantes.
¿Y para el Grupo Nogar, que ha supuesto la internacionalización?
Para el Grupo Nogar la internacionalización ha supuesto una mejora en la gestión, porque expandir tu mercado te da la oportunidad de conocer a muchos profesionales, y de aprender de los mejores. Pero la internacionalización es un proceso evolutivo y a largo plazo, por lo que tenemos que seguir trabajando y apostando por ello, pero siempre sin poner en riesgo nuestro negocio matriz.
¿Es Galicia un buen lugar para invertir o qué le falta?
Está claro que todavía tenemos que seguir mejorando muchos aspectos en temas de legislación que faciliten la instalación de empresas en nuestra comunidad, para mejorar las posibilidades de crecimiento y ofrecer Galicia como lugar idóneo en el que vivir. Pero nuestro contexto de estabilidad política favorece, sin lugar a dudas, la llegada de nuevas compañías nuestra región.
¿Qué le parece esta explosión de startups y aceleradoras para emprendedores que se vive en Galicia?
Todo lo que esté relacionado con el emprendimiento es aplaudible. ¿Y qué somos si no nosotros, los empresarios familiares? Hemos sido, somos y seremos emprendedores. Por eso creo que debemos apoyarlos, tanto desde la Asociación como desde las políticas del Gobierno.
¿Cómo ve la apuesta que están realizando empresas industriales por Portugal?
Necesitamos que el Gobierno siga trabajando en favorecer a los inversores y a las compañías gallegas estabilizarse en Galicia. Portugal es un buen territorio para implantarse, pues cuentan con buenas conexiones logísticas, incentivos fiscales y una serie de factores que favorecen la llegada de empresas. Pero nosotros debemos apostar por Galicia, y por hacer de nuestra tierra un región competitiva para todos.
Desde el punto de vista de la fiscalidad ¿qué se puede mejorar en Galicia?
Creo que es clave mejorar nuestra competitividad en materia fiscal para poder jugar en la misma liga que nuestros competidores. A día de hoy, seguimos teniendo ciertas barreras fiscales y laborales que desincentivan el crecimiento. Existen otros países en lo que esto se ha ido corrigiendo y se fomenta de manera natural y con políticas económicas, que las compañías crezcan.
¿Qué propone en concreto para mejorar la vida de los emprendedores?
Tenemos que dotarlos de los instrumentos necesarios para que puedan crecer, emprender y adaptarse a los nuevos tiempos. Y para ello, debemos contar con una administración más ágil y eficiente en su funcionamiento, con reglas más sencillas, fáciles de entender para que todos puedan cumplirlas, y por supuesto, con un sistema fiscal, equitativo y eficiente que fomente la inversión y la competitividad de la economía.
