Yan Jin es profesor de ingeniería aeroespacial y mecánica y una de las voces más autorizadas en la actualidad.
Visitó Galicia esta semana para mostrar a la industria gallega las tendencias actuales del sector, que señala que cada vez se vuelve más competitivo. Galicia tiene espacio para introducirse en este segmento, del que el profesor destaca que aún es menos diverso que la automoción.
Acude a Vigo a una jornada sobre la actualidad en el sector de la aeronáutica. ¿Qué viene a explicarle a la audiencia?
Voy a explicarle a los asistentes mi visión en relación al sector de la mecánica aeroespacial, concretamente mi ámbito de investigación, nanotecnología, aeronaves y nuevos materiales flexibles para su construcción.
Usted es profesor en la Universidad de Queen, ¿qué facetas desarrolla en este cargo?
Mi trabajo en la universidad abarca tanto la enseñanza como la investigación científica, por lo que siempre intento relacionar mis proyectos con la enseñanza para asegurarme de que mi estudiante tiene el mayor conocimiento sobre tecnología actual con las mejores calificaciones.
¿Cuáles son las tendencias actuales en el sector de la ingeniería aeroespacial?
La ingeniería aerospacial se está volviendo cada vez más y más competitiva, hay otros países y regiones fuera de la Unión Europea que empiezan a construir sus propias aeronaves. Por tanto el sector se vuelve cada vez más competitivo.
Galicia, con experiencia en la automoción, apuesta por introducirse en el mercado aeronáutico ¿cuál es la situación de esta industria a nivel global?
En relación con la industria al completo, para ser honesto, si se compara con la industria del automóvil, en la que hay muchas multinacionales, muchas líneas de producción, en la aeronespacial en cambia todavía queda mucho trabajo por hacer. Hay mucho espacio para mejorar en los campos de la productividad y de la eficiencia.
¿Tiene alguna relación, entonces, la industria de la automoción con la de la aeronáutica o aeroespacial?
La industria aeronáutica intenta imitar a la de la automoción en campo como el empleo o el uso de nuevas tecnologías más flexibles como robots, vehículos de guiado automático, y también depende del contexto de cada industria, los llamados “cobots”, robots que son capaces de colaborar con humanos para mejorar la productividad. En ese sentido, esto es muy útil, si la productividad puede subir, los precios de las aeronaves bajarán.
En su trabajo analiza las máquinas de cinemática paralela (PKM). ¿En qué consisten?
Se espera que posea las ventajas de una carga de trabajo más pesada, mayor velocidad y mayor precisión. Se han propuesto cientos de nuevas PKM. Sin embargo, debido a las brechas considerables entre el rendimiento deseado y el real, las mayorías de estas máquinas desarrolladas son prototipos que se hicieron en los laboratorios de investigación y sólo unos pocos de ellos se han aplicado prácticamente para diversas aplicaciones.
¿Hay algún modelo de este tipo de máquinas que funcione o que se pueda usar en una industria a día de hoy?
Entre los PKM exitosos, se ha desarrollado recientemente la máquina Exechon, que adopta una estructura únicaconstreñida, y se ha mejorado basado en el éxito de la máquina cinemática paralela de Tricept. Los estudios realizados todavía no permiten calcular sus capacidades superiores, y su modelo cinemático no está disponible públicamente.
En sus estudios también aborda la fabricación flexible para aeroestructuras a gran escala mediante máquinas...
El objetivo es usar máquinas flexibles que ayuden al ensamblaje reduciendo el coste y el impacto en el metal, de esta manera se obtiene mayor posibilidad de movimiento y operaciones en lugares más complejos en aplicaciones aeronáuticas.
¿Le sorprendió que le llamasen desde Galicia para ilustrar a la industria local sobre las tendencias actuales del sector?
Creo que como profesor tengo que mostrar mis investigaciones y compartir con mis compañeros el conocimiento que genero tan rápido como sea posible.
