La alta siniestralidad de los primeros dos días de funcionamiento de la vía obliga a la Xunta a tomar medidas preventivas en el tramo de transición de cuatro a dos carriles
La recién estrenada autovía del Morrazo logró en apenas 48 horas acumular cuatro accidentes de circulación y numerosos despistes. Uno de los puntos más conflictivos es donde los cuatro carriles se transforman en dos, al transformarse nuevamente en corredor, punto en el que la Xunta anunció una serie de medidas para paliar la peligrosidad del tramo. Así, habrá un estrechamiento del carril en 100 metros para reducir la velovidad, se balizarán dos carriles en la zona de cambio de calzada y habrá bandas transversales de alerta y refuerzo de la señalización alertando del cambio.
El objetivo, según adelantan desde la Administración autonómica, es evitar que los conductores se distraigan y vuelvan a poner toda su atención sobre la calzada.
Recuerdan además, que pese a los numerosos accidentes registrados en la zona, tanto el cambio de calzada como las obras están señalizadas conforme a la normativa y auditada por un técnico auditor de seguridad vial y, además como refuerzo, sin que esté recogido en la normativa, se pusieron luces con destellos
