A CORUÑA

Un agresor sexual confeso se libra de la cárcel a cambio de 200 euros al mes

Su caso se reabrió por una prueba de ADN tras nueve años y el pago se establecerá durante tres años

El autor confeso de una agresión sexual, un robo con violencia, un delito de lesiones y una falta de amenazas en A Coruña, cuyo caso se reabrió por una prueba de ADN tras nueve años, se ha librado de la cárcel a cambio de un pago de doscientos euros al mes durante tres años.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha emitido hoy una sentencia condenatoria contra un ciudadano francés de origen argelino por la que tendrá que abonar 7.070 euros de indemnización a la víctima, pagar una multa de 2.000 y no irá a prisión porque la pena es de justo dos años.

El procesado ha llegado a la sala con cincuenta minutos de retraso sobre la hora de inicio prevista y dio conformidad al acuerdo planteado por la fiscalía en el que se reconocía el atenuante de dilaciones indebidas.

Ha reconocido su intención de marcharse a Toulouse (Francia) en cuanto termine el proceso y ha explicado que hace trabajos eventuales, aunque podrá pagar doscientos euros cada mes de indemnización desde allí a través de una transferencia y luego continuará con la multa.

En total, tendrá que pagar durante 35 meses la indemnización junto con los posibles intereses y continuará después con otros diez de multa hasta un total que no llegará a tres años.

Sobre las 10 horas del día de Año Nuevo en 2003 una coruñesa entraba en el portal de su casa en el barrio de Matrogrande cuando se encontró con un hombre que, según explica el Ministerio Fiscal, "la abordó y con ánimo de satisfacer sus impulsos sexuales la tiró al suelo, le agarró los pantys que llevaba y le quitó las bragas".

La chica "forcejeó" e "intentó gritar" aunque le taparon la boca con fuerza para "penetrarla vaginalmente, provocándole el desgarro del himen" y otra serie de lesiones que se agravaron más tarde.

El hombre intentó que ella "le hiciese una felación" aunque ella se resistió y recibió numerosas patadas, puñetazos y golpes antes de agarrarla con fuerza por el cuello y de robarle la cartera, con setenta euros, su documentación y unas llaves.

Además, el agresor, que le causó numerosas heridas diagnosticadas como tales y de manera posterior en un centro hospitalario, le dijo antes de irse: "Cállate, cállate, que te mato".

Estos hechos se atribuyeron en su momento al procesado, aunque el 12 de marzo de aquel mismo año se acordó el sobreseimiento provisional al no quedar acreditado que había sido esta persona.

El 12 de julio de 2012, nueve años más tarde, llegó al juzgado "un informe pericial del Laboratorio de Biología/ADN de la Unidad Central de Análisis Científicos de la Policía Nacional en el que se establecía la coincidencia del perfil genético del procesado con el obtenido de unas muestras de sangre y de prendas de ropa que habían sido remitidas previamente".

Todos estos hechos constituyen un delito de agresión sexual, uno de lesiones, una falta de amenazas y un delito de robo con violencia sin agravantes ni atenuantes, que el procesado ha reconocido.

Por el primer delito pedía diez años de prisión, por las lesiones otros dos y cinco meses, a los que añade dos años y once meses por el robo, para un total de quince años y cuatro meses de cárcel junto con una multa de doscientos euros y una indemnización de 7.070 euros más el valor del monedero y la documentación.

Todo ha cambiado tras el acuerdo al que han llegado hoy en el que la primera pena se sustituye por dos años de prisión -que no cumplirá-, el resto se cambian por multas y todo va unido al pago de las costas y a una prohibición de acercarse a la víctima durante once años a menos de doscientos metros.

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