ENTREVISTA

Carlos G. Reigosa: “La Galicia urbana y la rural siguen sin dialogar"

photo_camera El escritor Carlos G. Reigosa.

El periodista y escritor lucense que acaba de publicar en castellano "Secretos de Bretaña" habla sobre el pasado en su rural natal

En agosto de hace 35 años, Carlos G. Reigosa se encerró en A Pastoriza (Lugo) para escribir "Crime en Compostela". En 28 días consiguió finalizar la primera entrega de la exitosa saga del detective Nirvardo Castro y el periodista Carlos Conde. La novela negra se hacía sitio en las estanterías de la literatura gallega. "Cuando comento, con cierto pudor, que está escrita en 28 días, quiere decir que está escrita en 28 días en los que me levantaba a las cinco de la mañana y me acostaba a las once y pico de la noche. La única manera de poder compaginar periodismo y literatura era jodiéndome los veranos, Semana Santa... y sacrificando el tiempo de la familia. Puede decirse que en esa etapa era un escritor de fin de semana". Ha regresado a Foz por agosto. La editorial Harper Collins acaba de publicar "Secretos de Bretaña" en castellano mientras Carlos G. Reigosa afina cuatro proyectos que pueden ser de cine.  

¿Qué le ha cambiado ser escritor a tiempo completo?

Ahora soy una persona que escribe las historias que quiero, lo cual también tiene su problema. Antes era un escritor muy ordenado, hasta que no acababa una obra no entraba otra y ahora tengo una cierta indisciplina y libertad. La paradoja es que si digo que hay cuatro proyectos avanzando queda mal pero es verdad. Y no sé cuál voy a acabar antes porque habrá un momento en el que una de ellas comience a tirar más de mí y esa será la próxima obra. Además, en este periodo de más tiempo libre te surgen los encargos. Ahora tengo de guiones de cine, que por un lado me hacen una ilusión enorme, pero por otro veo todo el peligro con lo libre que he sido siempre para investigar y escribir lo que me ha dado la gana. Por primera vez no sé cuál de las obras que estoy manejando voy a terminar antes.  Eso tiene que ver con el cine, que es un mundo con propensión a la distracción. 

Periodista de prestigio y escritor de tirada larga, ¿repetiría el oficio en tiempos de resignación en el negocio de la letra?

En mi caso es una vocación que no tuvo y no tiene remedio. 

Vocación curiosa, porque el único libro que había en su casa era el diccionario.

Sí, yo nací en una aldea parecida a la que aparece en "Secretos de Bretaña" y sólo había un diccionario que un tío abuelo, que era zoqueiro, no sé en qué casa había cogido, robado o comprado. Mi vocación vino después sorprendentemente porque yo comencé a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones en Madrid, pero me tiraba más lo que tenía que ver con el periodismo. La literatura vino después, aunque se trata de escribir fielmente, en un caso una versión de una noticia y en el otro una invención. Como periodista he tratado de ser un profesional impecable, pero no he podido resistir la tentación de investigar historias que tenían que ver con la literatura. Creo que la literatura se ha impuesto en mi vida de un modo natural, no controlable.

Esa aldea en la que nació y se encierra para escribir le ha inspirado un thriller en la Galicia de tradiciones profundas. 

Diría que es un intento de utilizar las estrategias de la novela negra con el propósito de desvelar la evolución histórica de un espacio de Galicia alejado del mundo urbano. En la obra tenemos unas tradiciones muy arraigadas que sirven para dar una explicación muy imaginativa a lo que ha ocurrido. El diálogo entre la Galicia urbana y la Galicia rural sigue sin existir. Creo que nuestra cultura urbana ha sido y es todavía extrañamente despectiva con la tradición cultural y las creencias del pasado. "Secretos de Bretaña" se convierte en un desafío entre quienes se aprovechan de las antiguas creencias como la Santa Compaña y quienes quieren destapar la verdadera naturaleza de crímenes y abusos. 

Ha creado a Isauro Guillén para  protagonizar una trama que podrían defender los míticos Nirvardo Castro y Carlos Conde. ¿Por qué?

El protagonista de esta novela iba a ser mi pareja de policías pero me di cuenta de que ellos también eran de origen rural y se me iban a convertir en cómplices de esa Galicia urbana. Por eso me decanté por un escritor que viene de Madrid y se enfrenta con esa realidad de creencias, supersticiones y épocas históricas. Lo decía bien Cunqueiro: “Son una serie de explicaciones que no explican lo real, pero dejan satisfecho al vecino". Es llamativo que en el ambiente urbano haya tan poco interés por las tradiciones. A veces se desacreditan elementos en otros tiempos explicaron la realidad. Yo no los tiraría a la basura y con "Secretos de Bretaña" los traigo al presente mediante un escritor que no sabe nada de eso ni cree en nada de eso. 

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