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Cinco empleados de banca admiten su implicación en la trama de Las 5 Jotas

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photo_camera El dueño de Las 5 Jotas llega al juzgado Vicente Alonso

El importe defraudado a la Agencia Tributaria por el empresario José Manuel Costas supera los once millones de euros

Cinco empleados de banca han admitido este lunes su implicación en la mayor trama de fraude fiscal destapada en Galicia, la conocida como la de las Cinco Jotas, un grupo de empresas cuyo máximo responsable, José Manuel Costas, ha vuelto a comparecer en un juzgado tras permanecer dos años huido de la justicia.

La causa de Las Cinco Jotas tiene como epicentro al grupo empresarial vigués del mismo nombre, que emitía facturas falsas en favor de otras sociedades, sobre las 200, para eludir el pago del IVA.


El importe de lo defraudado a la Agencia Tributaria supera los 11 millones de euros


Su principal responsable, José Manuel Costas, huyó cuando era inminente su ingreso en la cárcel, hasta que fue detenido el pasado junio en la localidad portuguesa de Belinho-Esposende dos años después de desaparecer cuando estaba a punto de cumplir una condena de seis años.

No todos los once empleados de banca procesados en esta pieza de una causa desgajada en casi 90 han reconocido los hechos, ya que seis de los acusados, empleados de Banco de Galicia y de Banesto, han negado el delito de falsedad documental por el que la Fiscalía pide una pena de dos años y medio de cárcel para cada uno.

Una condena que en el caso de los empleados de La Caixa y BBVA el representante de la Fiscalía rebajará a 9 meses, sustituibles por una multa, y una sanción económica de en torno a 1.000 euros, frente a los 3.600 que pedía inicialmente, informaron fuentes jurídicas.


Todos ellos son acusados de permitir al jefe de las Cinco Jotas efectuar múltiples operaciones que se documentaban a nombre de otras personas sin conocimiento de éstas


Dichas operaciones incluían desde la apertura de cuentas a nombre de terceras personas, algunas de ellas autónomos que trabajaban para alguna de sus empresas, hasta el cobro en metálico de cheques y pagarés también a nombre de aquéllas.

Los abogados de los empleados de Banco de Galicia y Banesto han alegado la prescripción del delito que les imputan, aspecto que dirimirá el Juzgado de lo penal 1 de Vigo, que a partir de hoy acoge la celebración de la vista oral.

En el turno de declaraciones, dos directores y el interventor de la oficina de Banco de Galicia de la avenida de Ramón Nieto, en la época en la que Costas hizo las operaciones investigadas, han apuntado que éste, al que han definido como "un buen" cliente, abusó de su "confianza".

Además, han descargado toda la responsabilidad en el cajero, que no está sentado en el banquillo de los acusados y que mañana está previsto que declare como testigo.

A éste lo han señalado como la persona con la que Costas contactaba en vísperas de extraer cantidades importantes de dinero, de abrirle cuentas a nombre de otras personas, pese a que éstas no estaban presentes, e incluso de utilizar el código que cada trabajador tiene asignado para cometer estas prácticas irregulares.

Tras escuchar estas declaraciones, la juez le ha preguntado al interventor si el cajero de esa oficina era "el rey", en el sentido de si hacía y deshacía a su antojo, a lo que éste ha respondido que "puede dar la sensación" de que así era.

Costas ha desmentido a estos tres empleados al afirmar que gestionó operaciones irregulares con todos ellos, quienes "sabían perfectamente que el dinero" de las diferentes cuentas que había abierto en esa sucursal a nombre de terceras personas era suyo.


Ha asegurado que si tuvo la complicidad de este banco fue porque "movía más dinero en un día que todo el barrio de Cabral y Candeán en un año"


Costas ha tratado de desligar de la trama a las tres empleadas de la oficina de Banesto en el barrio de Teis sentadas en el banquillo de los acusados, al punto de afirmar que "no tienen nada que ver con esto".

Ha indicado que a esa oficina apenas fue "tres o cuatro veces", a diferencia de otras entidades investigadas, y que las cuentas que tenían trabajadores de sus empresas las abrieron aquellos y que apenas hacían movimientos.

Estas tres empleadas, dos directoras y una apoderada, han alegado que el dueño de las Cinco Jotas no se contaba entre los clientes más importantes que tenían en cartera y que no hubo ningún movimiento que hiciera saltar las alarmas habituales para operaciones sospechosas, siempre por encima de los 6.000 euros.

El Juzgado de lo penal 1 de Vigo ha reservado siete jornadas para este juicio, en el que además de los acusados está previsto que comparezcan más de 80 testigos así como peritos, si bien el reconocimiento de los hechos por parte de la mitad de los procesados podría rebajar esa cifra.

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