EN PONTEAREAS

El 'criminal del congelador' confiesa que mató y descuartizó a su amigo tras salir de fiesta

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photo_camera El acusado, José Antonio Frutos Ayala

Asesinó a su amigo después de una discusión en Ponteareas, y posteriormente lo descuartizó y metió el cuerpo en un congelador con candado. 

El acusado del denominado `crimen del congelador`, José Antonio F.A., ha confesado este lunes ante las magistradas de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra que el 22 de marzo del año 2014 mató y descuartizó a José Jesús Isasi González, un empresario de Nigrán con antecedentes por narcotráfico y con quien mantenía una amistad. 

Posteriormente, según ha reltado, metió el cadáver en un congelador en su piso de Ponteareas (Pontevedra). Su confesión y la de su supuesto encubridor, David P.A., se produjeron ante un jurado popular que deberá dirimir sobre la culpabilidad o inocencia de ambos.

Está previsto que este martes con la declaración de testigos, forenses y peritos concluya el juicio por el conocido como el `crimen del congelador`, ya que la confesión de ambos acusados ha llevado a la Fiscalía a alcanzar un pacto con las defensas por el que rebajará su acusación y la petición de condena.

La Ley del Jurado impide que se puedan firmar acuerdos de conformidad que eviten la celebración de la vista cuando los acusados se enfrentan a una pena superior a seis años. En este caso, para el autor confeso del crimen se pide una condena de 16 años de prisión por un delito de asesinato y se solicitan dos años por encubrimiento para David P.

REBAJA

El fiscal de esta causa, Juan Sagredo, ha explicado que está dispuesto a rebajar la acusación a homicidio y también la petición de condena. Su intención es que todo este proceso concluya en el menor tiempo posible y "que se imparta justicia y rápido", por lo que el representante del Minsiterio Público y los abogados de las defensas particulares han renunciado a la mayor parte de los testigos y peritos citados en este procedimiento y también han acortado el interrogatorio de ambos acusados, que se limitó a unas preguntas del fiscal durante pocos minutos.

En este interrogatorio, el autor confeso reconoció que salió de fiesta esa noche con el fallecido y al regresar a casa ya por la mañana discutieron y le propinó un empujón: "él cayó y golpeó la cabeza con el borde de la cama". Tras ese primer golpe, reconoce que le dio varios más, aunque sin indicar con qué objeto y explicando que lo hizo "para que no sufriese, porque para mí ya estaba muerto".

Tras esos golpes y, cuando ya estaba muerto, reconoció que lo ocultó en una habitación pequeña, cortó el cuerpo y lo ocultó en un congelador. En la sala no aportó más detalles, pero el fiscal en su escrito de acusación inicial había indicado que dos días después compro un arcón congelador en el Eroski, lo llevó a su domicilio y, para que el cadáver cupiese en el interior, con una radial le cortó la cabeza y ambas piernas a la altura de la rodilla. Lo metió dentro y cerró con una cadena y un candado, residiendo en el domicilio hasta el 6 de junio.

El acusado también reconoció que tiempo después llamó a su conocido y subordinado en su empresa David P., le contó el crimen y él le dejó un vehículo para que pudiese huir a Portugal, donde estuvo hasta el mes de noviembre, cuando había una orden internacional de búsqueda sobre su persona. Entonces él decidió regresar y confesar.

Por su parte, David P. también corroboró la versión de los hechos dada por el otro acusado y reconoció que el autor confeso le llamó, le contó el crimen y él le prestó su coche.

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