La apertura del hospital y el cierre del vial Corredoura convirtió en un embudo la rotonda de Pereiró en hora punta
La rotonda de Pereiró se ha convertido en un embudo en horas punta desde la apertura del nuevo hospital Álvaro Cunqueiro, con largas colas y retenciones sobre todo a mediodía, entre las dos y las tres de la tarde.
La Avenida de Castrelos ya era una de las vías más transitadas de la ciudad entre otras cosas porque es uno de los accesos a la fábrica automovilística de PSA-Citroën , a la Universidad de Vigo, al Parque Tecnológico de Valladares, al polígono de Vincios y a varios centros escolares de Castrelos y Valladares. Sin embargo, la apertura del nuevo hospital ha convertido este vial en intransitable, sobre todo en el tramo donde se encuentra la rotonda de Pereiró que da acceso al vial Clara Campoamor. La situación se agrava al estar cortado por obras el Camiño de Corredoura, que discurre junto al muro superior del parque de Castrelos y que daba salida a buena parte del tráfico que iba hacia el centro. El nuevo hospital de Vigo ya obligó a modificar a las instituciones los planes del transporte urbano e interurbano, y ahora pide a gritos un nuevo plan de tráfico, también para poner orden al cúmulo de aparcamientos irregulares que se están produciendo en los arcenes del vial Clara Campoamor y en el propio recinto hospitalario con coches aparcados o agolpados en los sitios más inverosímiles.
Por otro lado, el Cunqueiro estrenó ya su primer “leirapark” justo enfrente de sus instalaciones, al otro lado del vial Clara Campoamor. Primero era una broma muy extendida y ahora ya es una realidad, con problemas a veces para encontrar plaza y con los gorrillas de rigor. El “leirapark” formaba parte hasta ahora de la idiosincrasia del Meixoeiro, con multitud de fincas particulares reconvertidas en párking de pago. n
