CASO MIGUELIANOS

Familias 'exmiguelianas' aseguran vivir un "infierno" por el escarnio público

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photo_camera Cristian (d) y Verónica (i), dos hijos del líder de la secta, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, acudieron a declarar al juzgado de Tui, acompados de su abogada, Teresa Quintana-Drake (2-d). (SALVADOR SAS)

Matrimonios que pertenecieron a la orden durante años afirman estar "aterrorizadas por el desprecio y los insultos a nuestros hijos, en nuestros trabajos y entorno". Niegan que fueran una secta y defienden la inocencia del fundador

El temor les obliga a permanecer en el anonimato. Aseguran que  la causa judicial abierta contra la Orden y Mandato de San Miguel les ha hundido la vida, “tenemos que soportar todo tipo de insultos,  y de escarnio público, en nuestro entorno”. En una entrevista concedida a este diario por tres de los matrimonios que pertenecieron a la asociación durante más de veinte años, ocupando en algunos casos puestos de relevancia en la junta de gobierno, mostraron su rechazo a la situación que se ha generado “no podemos dar la cara como nos gustaría por nuestros hijos que viven literalmente aterrorizados  por lo que tienen que escuchar en el colegio y también por nuestros trabajos”.

No obstante, están dispuestos a contar su verdad. A pesar de todo lo que están viviendo y que ha llevado al menos a uno de ellos a estar investigado en la causa judicial, defienden el trabajo realizado por la Orden y Mandato de San Miguel  y la inocencia del fundador. “Jamás  encontramos nada en Miguel que no fuese el ayudar a los demás”, coinciden, incluso los padres de una de las jóvenes que llegó a ingresar como “religiosa” (no reconocida). “Siempre fuimos libres dentro de la asociación, teníamos contacto constante con nuestra hija y la supervisión de la orden no corría a cargo de Miguel sino siempre de un sacerdote puesto por la Diócesis”, explica la madre.
Todos ellos conocieron al fundador años atrás, cuando tenía la herboristería. “Lo conocíamos de siempre, éramos amigos de él y de su mujer. Miguel es una persona normal, con sus defectos y sus virtudes, pero tiene el don de acercar a las personas a las obras buenas”, explica una exmiembro. “No vendimos nuestras cosas y nos fuimos a vivir a Oia, somos personas con nuestras familias, otra cosa son quienes  le pidieron ayuda a Miguel, un SOS porque no sabían qué hacer con sus hijos o porque tenían problemas económicos y familiares y él hizo de su casa una casa de acogida”, aseguran.
Afirman que lo más fácil para ellos, una vez disuelta la asociación sería olvidarse del tema. “Nos convertiríamos en víctimas  más,  con decir que hacíamos lo que nos mandaba Miguel, pero es que no es verdad, no es lo que vivimos”, coinciden. 
“Nunca vimos nada de nada, ni la más mínima insinuación. Al contrario, él siempre mostraba una rectitud y un decoro en su comportamiento y nos insistía una y otra vez que la orden era para unir no para separar. Él siempre estuvo ahí cuando le necesitamos, ahora no podemos darle la espalda”, explican los matrimonios que sí aseguran por otra parte que advirtieron “acciones y actitudes incongruentes entre los que ahora acusan”.

Afirman que “ni en un millón de años nos habríamos imaginado jamás que esto podría acabar así, ni que alguien pudiera llegar tan lejos con acusaciones falsas tan graves sobre una persona que lo único que hizo fue ayudarnos y ayudar a los demás”.

“Mi padre es inocente, todo es mentira”, dice el hijo de Rosendo

Uno de los hijos del líder de la Orden y Mandato San Miguel Arcángel, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, declaró ayer a su salida de los juzgados que “todo es mentira”, tanto los abusos sexuales como la parte económica, y que tanto él como su hermana confían en la inocencia de su padre, informó EFE.

Tras varias horas de interrogatorio por parte de la jueza de Instrucción 1 de Tui, Cristian Rosendo indicó que “todo lo que le echan encima” a Miguel Rosendo “no hubo nada de eso, es mentira”. “Confío en la justicia y en la inocencia de mi padre. Que la justicia haga su trabajo y que se demuestre la verdad”, proclamó.

Abundó en que “es todo mentira, que la gente ni se crea lo que digan”, y pidió que le den “tiempo a explicar la verdad”. También dijo que su padre está “con muchas ganas de defenderse”. La abogada de la familia de Rosendo, Teresa Quintana-Drake, indicó que no tuvieron que preparar la declaración judicial  porque “no hacía falta. Sabemos de su inocencia -la del líder de la orden-”, apostilló.

La letrada celebró finalmente que el juzgado que instruye la causa sea “muy garantista”. Horas antes había dicho que el sumario es extraño. Antes que Cristian Rosendo había declarado su hermana Verónica, quien acudió al juzgado en silla de ruedas auxiliada por una prima. Según su abogada, la chica padece una discapacidad del 81%.

Los pasos de una asociación que aspiraba a instituto religioso

El jugado de Tui mantiene en prisión a Miguel Rosendo, investigado por los presuntos delitos de asociación ilícita, contra la Hacienda Pública y abuso sexual, una decisión que mantiene una brecha abierta a quienes lo denunciaron y a quienes lo respaldan. 
Mientras los primeros lo han calificado ante la jueza de “manipulador”, los segundos resaltan de él su “bondad”.

Los tres matrimonios que representan a quienes respaldan al fundador aseguran que no hubo nada extraño en el recorrido de la asociación. “Miguel tenía una herboristería y es cierto que allí se rezaba, pero no era un chamán, ni hacía brujería ni nada de eso”, explican y aunque alguno admite que “puede resultar extraño que se rece en una herboristería lo cierto es que al entrar ya advertías que las personas que allí estaban eran creyentes, por las imágenes”.

Sobre el hecho de que dejaran supuestamente sus pertenencias para irse a vivir a la “casa madre” como denunciaron las víctimas, niegan esta realidad. “Insistimos en que nunca Miguel nos pidió un euro para nada ni nos obligó a vender nada, no lo habríamos hecho. Él abrió las puertas de su casa a quien le pidió ayuda y más tarde, debido a que la asociación creció mucho y tenía vocaciones fue el Obispado el que le propuso iniciar los pasos para un Instituto Religioso, para reconocer a la orden como religiosa y de ahí que se adaptara la casa de Oia hasta que rehabilitamos el convento de Vilariño”.

Sobre que Miguel Rosendo adquiriera el chalé de Oia y que dejara la herboristería, relatan que “él compró el terreno y con su dinero hizo la casa. Si dejó la herboristería fue porque se lo dijo Isaac de Vega, nuestro asistente eclesiástico.

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