“El fuego estaba detrás de nosotros fue terrible”

Los vecinos de Valadares trabajaron para sofocar el incendio.
photo_camera Los vecinos de Valadares trabajaron para sofocar el incendio.

Vecinos de Valadares y Zamáns afectados relatan las horas de pánico

Un SOS desesperado lanzaron ayer los vecinos de Valadares,  una de las primeras parroquias  de Vigo junto a Beade afectadas a primera hora de la tarde por el fuego que llegó directamente desde Gondomar. Según explicaba Ana Pérez, presidenta de la Asociación de Vecinos, “el fuego estaba detrás de nosotros, era algo terrible”. Allí, las llamas llegaron tan cerca de las casas que la Policía Nacional tuvo que desalojar decenas de viviendas. “El incendio llegó junto al colegio de Sobreira, y todos los vecinos ayudamos con cubos y mangueras pero se nos iba de las manos”, explicaba. La propia Policía Nacional informó de que tuvieron que llegar a romper ventanas para poder evacuar a personas mayores de sus casas, ante la cercanía del fuego. 

La asociación puso a disposición de los vecinos el pabellón tras una larga jornada de desesperación ante el déficit de medios contraincendios. “Es muy grave, todo el peso de la ley debe caer sobre los incendiarios”, clamaba.

Antonio Punzano, residente en la frontera con Zamáns, aseguraba que “aunque el fuego no ha llegado a nuestra casa, aquí no se puede respirar, es insoportable”.

Este vecino explicaba que “la carretera hacia la Universidad ha sido cortada por la Policía y toda la tarde ha sido un ir y venir de sirenas”. Su máximo temor, “es que el fuego pudiera llegar hasta el polígono de Vincios, porque una explosión en esas naves sería irreparable”. Aseguraba que el fuego había llegado al otro polígono, el tecnológico pero “la dirección del viento puede cambiar en cualquier momento” al tiempo que recordaba que “las llamas no son ninguna broma hay que tener mucho cuidado porque en cuestión de segundos puede verte afectado”.

 Ana Vázquez tiene un negocio en Zamáns. Ayer, sobre las seis de la tarde, “la Policía vino y nos desalojó por precaución”. Explicaba que “todos los vecinos fuimos desalojados, a pesar de que el fuego aún estaba lejos. Había algunas personas mayores que no querían irse porque no sabían dónde trasladarse”. En su caso, al tratarse de un local y no su residencia “ya no regresé, pero la situación en todo el entorno era horrible, sobre todo a última hora en Baiona”.

Relataba que “había gente con mucho miedo que tuvo que marcharse de su vivienda”.

Fue a primera hora de la mañana cuando acudió a desayunar a Gondomar y “ya olía a quemado y se veía una columna de humo”, después, el fuego fue avanzando por el  viento y se veía “cómo iba por el Galiñeiro, luego vino la Policía, se cortó el acceso a la Universidad, la VG-20 a Vincios y también la autopista, un desastre”.

Antes de que el fuego entrara en Vigo, algunas fábricas tuvieron que retirar líquidos inflamables para prevenir explosiones en caso de extenderse la llama.

El número de personas desalojadas en Vigo todavía no había sido calculado al cierre de esta edición, pero fueron decenas las viviendas, si bien algunos pudieron regresar a lo largo de la tarde a sus casas, mientras que otros fueron trasladados a dos hoteles de la ciudad, tal y como informó el Concello de Vigo. 

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