AGRESIÓN SEXUAL

Agredida sexualmente una joven drogada en una fiesta de Vigo

La joven fue atendida en el Álvaro Cunqueiro.
photo_camera La joven fue atendida en el Álvaro Cunqueiro.

La investigación apunta a que se usó una sustancia tipo burundanga en los chupitos

Una de las tres jóvenes viguesas que fueron drogadas supuestamente con alguna sustancia hipnótica, tipo burundanga, durante una fiesta en Baiona fue víctima de una agresión sexual aquella noche. Según fuentes cercanas al caso, las chicas acudieron a una fiesta de Fin de Año, no de Reyes como se había indicado al principio, en un pub de Baiona y sufrieron episodios de amnesia hasta el punto de no recordar cómo habían llegado a casa, incluso una estuvo desaparecida durante casi una hora.

El episodio más grave y por el que se dio parte a la autoridad judicial, que ha abierto una investigación, apunta a una agresión sexual. La víctima, que no recordaría nada de lo ocurrido desde que estuvo en la fiesta hasta que llegó a casa, apareció en su domicilio con una marca en el cuello y otros síntomas que la llevaron hasta el servicio de urgencias. 

La Policía Científica de la Guardia Civil realizó diversas diligencias encaminadas a comprobar si en dicha fiesta se utilizó algún tipo de sustancia y cuál fue.

 Todas las sospechas apuntan a que la posible droga se habría camuflado en  unos chupitos, ya que fue lo único que las jóvenes habrían bebido aquella noche.

Las primeras indagaciones no pudieron determinar que se tratara de burundanga, sin embargo, los testimonios de las víctimas y los testigos apuntan a que fueron sometidas químicamente, y en uno de los casos para cometer un delito.

La asistencia a la víctima, residente en Vigo, aquella noche, en el servicio de urgencias de un centro sanitario y su posterior traslado al Álvaro Cunqueiro, puso en marcha un protocolo de actuación del que se dio parte a la autoridad judicial, que al considerar un caso grave abrió diligencias de investigación.

Éste podría ser el primer caso que sale a la luz en Vigo en el que se habrían utilizado sustancias similares a la burundanga, o de anulación de voluntad. Su rastro en el cuerpo es difícil de detectar con el paso de las horas y de aislar si se mezcla con alcohol, por lo que su uso está vinculado a actuaciones delictivas por no dejar rastro. 

 Las víctimas son incapaces de actuar por si mismas, dejándose llevar, sin poder ofrecer resistencia ante cualquier tipo de ataque o agresión y sin recordar después qué es lo que les ha sucedido. Además, pueden sufrir taquicardias, mareos o incluso pérdida de conciencia.

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